Revista EL COLECTIVO

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sábado, 25 de junio de 2011

“LOS QUE TENEMOS QUE CAMBIAR SOMOS NOSOTROS”



Charla con Alberto Santillán:
POR GILDA GARCIA
“La patria no es un Tinelli/que hace plata de humillar./Patria es Darío arrodillado
junto a Maxi/ en la estación”
(“Patria” Santa Revuelta)

Darío Santillán era militante del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de la Coordinadora Aníbal Verón. Hacía tiempo que había hecho una opción de vida y que la muerte lo encontrara tratando de ayudar a un compañero herido no fue casual sino la fundamentación de su misma esencia. Para él ser solidario no era el diezmo dominical o las pocas monedas entregadas ante un rostro anónimo. No. Para él ser solidario era el pan de cada día, la cara y la cruz de su existencia.
A más de tres años de su asesinato, a Alberto le gusta presentarse como “el orgulloso papá de Darío Santillán”. Y, si bien sabe que va a ser difícil sentar en el banquillo de los acusados a los responsables políticos de las muertes en Estación Avellaneda, no piensa deponer su derecho a exigir justicia porque él – como antes las Madres de Plaza de Mayo – fue parido por su propio hijo. Porque también igual que ellas abandonó la vida mansa y organizada de su mundo para integrar la Comisión de Familiares y Víctimas y recorrer aquellos caminos que Darío recorriera hasta que una bala policial lo detuvo el 26 de junio de 2002.

- ¿Cómo cambió su vida a partir del 26 de junio de 2002?- La pérdida de mi hijo ha sido un vuelco en mi vida. Yo siempre digo que tengo la cultura del trabajo y Darío tenía la cultura de la militancia, era un luchador social. Yo siempre he trabajado, soy de esas personas que vive encapsulado en el mundo laboral y, si bien con Darío compartíamos muchas cosas, el que veía la realidad era él. Pero en estos tres años, cambió todo. Ver lo que veía Darío. Una cosa diferente al punto de vista desde el que yo lo hacía. Lamentablemente, más allá de acompañarlo varias veces en marchas o en todo lo que era su pensamiento, pienso que tendría que haber estado un poco más, acompañarlo un poco más. Pero la vida ya no es la misma. Jamás puede haber una felicidad completa porque los buenos momentos que tengo (como la llegada de mi nieto) en vez de ser una felicidad plena, uno siempre está pensando: “cómo me gustaría que Darío estuviera con nosotros en este momento”. Hemos empezado a vivir otras realidades, un poco embebido del espíritu de Darío. Esto nos ha marcado un camino que es el de la lucha. Entonces, en homenaje a Darío, hace tres años y pico que estamos peleando una lucha totalmente despareja, porque apuntar al poder político es muy difícil. Es casi imposible sentar a uno de los políticos en el banquillo de los acusados. Cuando nosotros sabemos bien que lo que pasó en la estación de Avellaneda no pudo haber sucedido sin un pacto político – policial.
- Hubo una orden.- Sí, estoy totalmente convencido. Además, la persona que mató a Darío, el comisario Franchiotti, no era ningún bebé de pecho. Era alguien que sabía muy bien lo que hacía. Lo que pasó en Avellaneda no es porque la situación los sobrepasó. Tenían órdenes directas de matarlos. Estamos a tres meses del juicio. En el juicio la cadena está rota. El eslabón que tiene que unir la parte policial con la política no se consigue hilvanar. Sabíamos de entrada que la intención iba a ser apuntar hacia abajo, hacia la policía. Y que todo quedara ahí. Es increíble cómo funcionarios que tuvieron mucho que ver con lo que pasó se hacen los distraídos, se hacen los boludos. Contestan lo que quieren. Evidentemente la parte del fiscal y la parte de los jueces también deja mucho que desear porque, cuando tuvo que venir a declarar Eduardo Duhalde, una jornada antes el fiscal pide que no lo haga porque estaba imputado en otra causa. Para mí es una tomada de pelo. Se sacó la máscara. Sabemos que responde al poder político. Entonces, va a ser muy difícil que lleguemos a sentar al poder político ahí. No como testigo, sino como imputado.
- ¿Se sintieron acompañados por la sociedad?- Sí. El único acompañamiento fue el de la sociedad, el de los militantes. Después, desde la parte política, la parte gobernante, la parte de esos señores que se desgarran las vestiduras hablando de derechos humanos, nada. Nosotros estamos llevando adelante esta lucha solos, sin ayuda de nadie.
- ¿A quienes se refiere concretamente?- Me refiero al presidente. Yo he recibido del presidente la promesa de crear una comisión de investigación, que no le iba a importar el político que tuviera que ver con las personas detenidas, que el que hizo las iba a pagar. Prometió abrir los archivos de la Side. De las tres cosas, dos no cumplió y la tercera, abrir los archivos,
lo que nos dio es un verdadero mamarracho. Después de dos años de insistir con que abra los archivos de la Side vemos que nunca tuvo la voluntad de hacerlo. Nos encontramos con 25 fojas, de las cuales hay más recortes de diarios que un trabajo de inteligencia.
- Tuvieron tiempo de sacar todo lo que fuera importante.- Han tenido tiempo de sobra para hacer lo que quisieran y darnos algo como para decir: “Bueno, acá tienen. Ahora cállense”. No ha sido otra cosa más que una burla. Nos han tomado por pelotudos, por ignorantes..
- ¿Recibieron el apoyo de partidos políticos?- No. Hay gente que, por ahí, nos acompaña en las marchas como Zamora y su mujer. Pero, sacando dos o tres, no.
- ¿Cómo los han tratado los medios de comunicación masivos?- Los medios responden a un dinero y a un poder. Por eso no salen a la luz muchas cosas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que el presidente, por no tener lo que hay que tener e investigar a Duhalde, terminó siendo cómplice.
- ¿Qué interpretación hace sobre las fotos que salieron en los medios? Porque sin ellas no se hubiera sabido lo que realmente pasó en Avellaneda.- No hay que olvidarse que tres funcionarios (Atanasoff, Solá y Álvarez) salieron a decir que fue un enfrentamiento entre piqueteros. Si no hubiera sido por la persistencia de los fotógrafos y los periodistas, todo hubiera quedado como enfrentamiento de piqueteros y nada más.
- O sea que la insistencia de este fotógrafo y este periodista sobrepasó a los medios.- Los sobrepasó. Además de todo eso, la movilización (que fue una cosa instantánea) hizo que esas cosas no se pudieran guardar y comenzaron a salir a la luz.
- ¿ Qué puede hacerse para que esto no se repita?- Acá el tema pasa porque nosotros cambiemos. Lamentablemente, muchas veces uno se pone en el camino de la lucha cuando le pasan las cosas. Yo siempre me acuerdo de lo que decía Darío: que acá la cosa no cambia por cambiar de presidente sino que los que tenemos que cambiar somos nosotros. Y en eso estaba Darío, en tratar de cambiar el pensamiento de uno y de inculcarles eso a los chicos, para que aprendan a defenderse. Acá los que tenemos que cambiar somos nosotros, no los políticos. Sabemos que hace 30 o 40 años nos gobierna siempre la misma lacra.
- Si hay algo que sobresalió en la figura de su hijo, eso fue la solidaridad. ¿Usted nota algún cambio en la sociedad a partir de este hecho o de los sucesos ocurridos por diciembre del 200l?- Hay un pequeño cambio, una madurez. Y, por otro lado, se contraponen otras cosas. Cuando le tocaban el bolsillo a los que tienen, ahí se gritaba: “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. No hay que olvidarse que, cuando les devolvieron parte de sus ahorros, ya el piquetero pasó a ser el negro de mierda que corta la calle y molesta a la gente. Después, hay una parte de la sociedad que ha tenido un cambio. Yo no digo que por lo que pasó con Darío la gente ha madurado. Yo creo que estamos madurando por los golpes que hemos recibido.
- ¿Cuál es su opinión respecto a aquellos que pregonan la “mano dura” como los Blumberg y compañía?- No. Blumberg está acá y yo estoy completamente en contra de lo que es la “mano dura”, de darle más poder a la policía, de seguir alimentando al monstruo que está matando a nuestros pibes.
- ¿Cómo se explica que, con todo lo que ha pasado en estos años, haya gente que todavía pida “mano dura” o que apoye a un Blumberg?- Siempre existe una parte de la sociedad que considera que con eso van a estar mejor. Una sociedad muy selectiva: todo para ellos. ¿Y para los de abajo? Yo siempre digo que hay dos clases de justicia: para los que tienen plata y para los que no la tienen. Basta mirar nomás a Maria Julia afuera, Chabán afuera. Pero, si uno roba un peso para comer, te dan tres o cuatro años por la cabeza.



- También somos una sociedad un poco miedosa porque cuando vemos un corte de ruta salimos a decir que eso es violencia. En cambio, el hambre y la muerte de un montón de gente no nos resulta violento ni peligroso.- Pasa que acá hay un genocidio sistemático con los chicos. Cuando nacen no tienen para comer, los ancianos tampoco tienen para comprar remedios. Es un genocidio sistemático de cada gobierno que viene.
- ¿Cómo ve la realidad desde su trabajo en un hospital?- Existe un discurso que nos quiere hacer creer que estamos en el primer mundo, que la plata sobra. Pero, evidentemente, sabemos que a los de abajo jamás les llega nada. Trabajo no hay. Y el que no lo tiene tampoco lo va a tener. El presidente pregona que estamos mejor, que hay superávit. Habrá superávit para ellos, pero para los de abajo no.
- ¿Qué siente cuando ve a su hijo en pancartas o en banderas levantadas por gente que está luchando?- Para mí es un honor, es un orgullo ser el papá de Darío. Y también se que, ante cada pancarta, ante cada pintada, hay un compañero que también está luchando por lo que estamos pidiendo. Es una manera de recordar a mi hijo y también a los culpables de esto. Y que Darío y Maxi no están solos.
- Respecto a la solidaridad de los piqueteros, esto de compartir lo poco que se tiene no es algo que reflejen los medios. Lo que muestran es el corte y el palo.- Yo siempre digo que después de la muerte de Darío, los medios se empezaron a preocupar realmente por cómo funcionaban los movimientos de desocupados. Parece que, tanto la sociedad como los medios se llevaron una sorpresa. ¿No? Lo que más se destaca es la contención que hace el movimiento de desocupados con los que pierden el trabajo. Una contención que tendría que hacer el gobierno. En la Verón, por ejemplo, tienen muchos proyectos comunitarios: hacen ladrillos, hay comedores, bibliotecas, enseñan computación a los chicos. Esto antes no se veía. Había prejuicios con los piqueteros. Yo siempre digo que ningún hombre o ninguna mujer quiere cortar un puente, una ruta o una calle. Dale trabajo y ellos no van a estar ahí, molestando. Un piquetero, un desocupado, ¿qué clase de paro puede hacer? Entonces tiene que buscar un método para que trasciendan sus reclamos. Y lo único que queda es cortar la ruta, por más que a algunos les moleste. Acá tengo que hacer una salvedad: yo se que hay mucha gente a la que le molestan los cortes pero también hay mucha otra que entiende y respeta. Porque lo que ha pasado en Avellaneda ha sensibilizado a una parte de esa sociedad.
Tal vez los medios de información muestren como un logro que la justicia sólo alcance a los peces más pequeños. Tal vez los medios sigan reflejando los cortes como un molesto problema de tránsito para la clase media y se alegren porque el gobierno por fin se puso los “pantalones largos” convirtiendo a Buenos Aires en zona militarizada. Tal vez hablen cada vez menos de cuando toda Avellaneda se convirtió en un coto de caza para el comisario Franchiotti y su hambrienta jauría.
Pasado un tiempo, algunos recordarán a los funcionarios duhaldistas parloteando sobre un supuesto enfrentamiento entre piqueteros. Otros retendrán en la memoria al mismísimo Franchiotti exagerando su papel de víctima cuando un hombre le calzó dos trompadas delante de las cámaras. Habrá quien recuerde anécdotas varias que saturaban la pantalla por aquellos días. Es así. Cada quien recuerda lo que quiere o lo que puede. Pero ¿habrá alguien que logre olvidar a Darío arrodillado tratando de ayudar a Maxi aun a riesgo de perder la propia vida y al jefe de la jauría disparándole por la espalda?

Alberto Santillán estuvo en Paraná, junto a su hija Mónica, el 19 de agosto pasado en la Escuela Normal invitado por la agrupación Utopía del Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades de la Uader y el Colectivo Destrampe.NOTA APARECIDA EN EL COLECTIVO Nª6

REPUDIO A LA REPRESIÓN Y SOLIDARIDAD CON LOS DOCENTES DE SANTA CRUZ

FOTO: Indymedia Argentina.
COMUNICADO DE PRENSA –
Asociación de ex Detenidos Desaparecidos Buenos Aires, Argentina

Desde febrero de este año, los docentes de Santa Cruz -agremiados en ADOSAC- vienen llevando adelante medidas de fuerza exigiendo una recomposición salarial. En casi 60 días de huelga han recibido todo tipo de coacciones y amenazas. Ante la negativa del gobernador de la provincia Daniel Peralta de solucionar el conflicto, una delegación de compañeros viajó a Buenos Aires e intentó conseguir una audiencia con el ministro de trabajo. Fueron recibidos por una funcionaria de segunda o tercera línea que dijo “desconocer” la situación y que iba a informar a sus superiores. El gobierno nacional, a través del Ministerio de Trabajo, mantuvo su actitud de negación del conflicto.
En la noche del jueves 23 de junio, cuando los compañeros de ADOSAC y otras organizaciones sindicales, gremiales, estudiantiles, de derechos humanos y políticas que les brindaban apoyo se encontraban manifestándose en la puerta del Ministerio de Trabajo de la Nación (Av. Leandro N. Alem al 600), fuerzas policiales con carros de asalto, tanquetas y personal de uniforme y de civil reprimieron violentamente la manifestación con la acción de carros hidrantes.
Como producto de la represión cuatro compañeros fueron detenidos y dos de ellos fueron atendidos en el Hospital Argerich. La movilización inmediata de organizaciones gremiales y políticas se mantuvo durante toda la noche hasta lograr la liberación de los compañeros. En Santa Cruz los docentes se movilizaron masivamente para repudiar la represión sufrida en Buenos Aires.

Numerosos compañeros fueron heridos:-Claudia Frávega, docente de ADOSAC, Río Turbio: contusión en la mano derecha, la cual debe permanecer inmovilizada, golpes en las costillas.

-Daniel Escobar, docente de ADOSAC, Puerto Deseado: estuvo detenido, golpes en la cabeza y las costillas.

-Lucía Silvero, docente de ADOSAC, Los Antiguos: comprometida la retina del ojo izquierdo.

-Olga Guzmán, docente de ADOSAC, Caleta Olivia: golpes en las piernas y en los glúteos.

-Soledad Vitta, Secretaria Gremial de ADOSAC Pico Truncado: perforación de la membrana del oído derecho.

-Carlos Juárez, docente de ADOSAC, Pico Truncado: estuvo detenido, golpes en distintas partes del cuerpo.

-Norberto Señor, Secretario General de ATE Gran Bs As Sur: lesiones en el ojo derecho, del cual tiene comprometida su retina.

-Jerónimo Altschuller, dirigente de AGTCAP: lesiones en ambos ojos.


El viernes 24 de junio se realizó una conferencia de prensa en la sede del sindicato ADEMYS donde los docentes denunciaron el violento desalojo. Por la tarde una movilización los acompañó en el repudio a la represión y en la exigencia de respuestas por parte del gobierno nacional. Luego de una nueva reunión con la funcionaria Inés Zanoni que los atendió en el Ministerio de Trabajo, la respuesta que recibieron fue que el conflicto es “un tema provincial”. En Plaza de Mayo, una pancarta gritaba “CRISTINA tiene una decisión TOMADA: reprimir docentes”.

Ante todo esto decimos:

SOLIDARIDAD CON LOS DOCENTES EN LUCHA! TODO EL APOYO A ADOSAC!
NO A LA REPRESIÓN! NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA!
EXIGIMOS AL GOBIERNO NACIONAL QUE RESUELVA A FAVOR DE LAS DEMANDAS DE LOS DOCENTES DE SANTA CRUZ!

30.000 compañeros detenidos-desaparecidos PRESENTES!
Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos

Contacto de prensa: 15-53372868

lunes, 20 de junio de 2011

"EN LAS UNIVERSIDADES PUBLICAS HAY ANALFABETISMO SOCIAL"

CHARLA CON EL BIÓLOGO RAÚL MONTENEGRO



Dice que “lo saca” ver la “caripela” de Al Gore pontificando por televisión, se autodefine como activista y, claro, no es lo que se dice un biólogo tradicional.
Raúl Montenegro, investigador y profesor titular de Biología Evolutiva en la Facultad de Psicología de Córdoba, es uno de los principales militantes en contra de la aceptación de las regalías mineras por parte de las Universidades Públicas.
Durante el 2004, su labor en defensa del medio ambiente y los derechos de distintas comunidades indígenas le valió recibir el Premio Nóbel Alternativo, un reconocimiento que entrega la academia sueca para la gente destacada en distintos trabajos con grupos de base.
Invitado por la Facultad de Trabajo Social para una charla sobre minería contaminante, este investigador atípico accedió a una extensa charla con El Colectivo.



Esto sucedió en Bouwer, un pueblito ubicado a unos 18 Km. al sur de la capital cordobesa que carga con el dudoso privilegio de ser uno de los más contaminados del país, cuando el actual gobernador decidió contactarse con el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba (C.E.A.) con el propósito de contratar un estudio que le permita seguir contaminando el pueblo durante unos años más. Finalmente, la movilización de los vecinos, cortando los accesos a la Ciudad Universitaria, consiguió abortar el ambicioso proyecto.
Tiempo después, en claustros universitarios, Montenegro aprovechó una reunión para increpar a algunos colegas señalándoles que nadie había puesto un pié en Bouwer, que los protocolos técnicos en un lugar donde vive gente se hacen con la gente. Fue entonces cuando una investigadora se paró y, como para dar por terminada la discusión, dijo: “Yo no tengo ningún problema en viajar a Bouwer a explicarles”. “La colega no había entendido – resume Montenegro- No se trataba de que ella les explicara sino que los vecinos le explicaran a ella lo que les pasaba cotidianamente: que los chicos se descomponían del dolor, que en verano debían cerrar puertas y ventanas, que la vida era imposible en esas condiciones”.
El relato viene a cuento para ejemplificar aquello que el Premio Nóbel Alternativo no duda en calificar como analfabetismo social, un mal que contraen muchos profesionales de las Universidades Públicas y un concepto que atraviesa toda la entrevista.

Su historia con la biología comienza en el Colegio Montserrat, como asistente en investigación en la Cátedra de Antropología, siendo aún estudiante secundario. “Tenía 16 años y empecé haciendo ecología de hormigas. En el 71 me dieron un premio a la Investigación Científica en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA por un trabajo sobre ese tema”.
Con el premio, una medalla de oro, había un viaje. Se podía elegir Europa, Estados Unidos. Contra todos los pronósticos, Montenegro eligió el nordeste semiárido de Brasil. “Yo había visto las películas de Glauber Rocha: Antonio das Mortes, Dios y el diablo en la tierra del sol y me fascinaban algunos lugares en donde comenzó a pelearse por los derechos, casi los primeros movimientos guerrilleros de América Latina: las Ligas Camponesas. Poca gente sabe que la gente peleaba y se hacía matar por tener la tumba propia. La reivindicación de las Ligas Camponesas era que al morir, la tierra en donde ponían su cadáver, fuera propia. Yo estaba muy fascinado por todo eso, lo que rodeaba a los movimientos sociales del Noroeste, por eso elegí ese lugar. Estuve trabajando un buen tiempo en Pernambuco, la zona más seca. Nunca había visto las cosas que vi. Estuve en un lugar donde hacía tres años que no llovía, ví la violencia pura, la violencia extraña, la violencia de la necesidad, muy distinta a las otras. Desde entonces mezclo la parte académica que me da la herramienta técnica con la parte activa. Me gusta la magia, esto de trabajar en el mismo plano con distintas comunidades, trasladando las herramientas que nosotros manejamos y aprendiendo de ellas. Yo fui como biólogo y volví como activista. Ese fue el click”.

¿Como es tu trabajo?
Puedo hablarte del más reciente: Bouwer. Una comunidad cordobesa de 1900 personas, uno de los lugares mas contaminados de Argentina: 2600 toneladas por día de basura, había un incinerador de residuos patógenos, funcionaba una fundición de plomo que contaminó a mucha gente. Está Taym que es la planta de residuos peligrosos y el depósito judicial con 20 mil vehículos. Hace un año y pico comenzamos a trabajar con los vecinos. Nosotros damos la parte técnica y los elementos básicos de subversión. Es decir, como poder transmitir una lucha a la sociedad. Las luchas tienen dos componentes: uno, la lucha en sí misma, otra, cómo la gente se entera de esa lucha. Una lucha anónima, por mas exitosa que sea en un ámbito reducido, no deja de ser una lucha que no existió si el resto de la sociedad no se entera.
Que la conozcan para que se reproduzca.
Exactamente, eso es lo espectacular. Son reuniones donde entre todos vamos buscando salidas. Cada uno respetando al otro, reconociendo el tremendo valor de manejar un pedacito de realidad que el otro no maneja. Algo que, a veces, en las universidades no se entiende. Las universidades se han transformado en pequeños termos de pequeños dioses. Por tener un pedazo de conocimiento creen estar un peldaño superior al resto. Esa es una cosa que, primero, no es cierta y segundo, es socialmente tóxica. Por eso me parece tan espantosa la palabra extensión. Lo que hay que practicar es la interacción. En Bouwer trabajamos con esta mecánica y nos fue espectacularmente bien. La gente del pueblo aprendió como manejarse por si misma con los medios de comunicación. Llegamos a una instancia critica en donde, como no había resultados, se cortaron las rutas de acceso al enterramiento sanitario. Así se empezó a llenar la ciudad de Córdoba de basura. Y lo mágico, cuando una lucha logra cruzar el puente hacia el resto de la sociedad, es que la gente no se enojó con los vecinos sino con la Municipalidad que descargaba la basura en un pueblito ubicado a 18 Km. al sur.
Un momento fundamental en las luchas es cuando los vecinos logran obtener un resultado. En el caso de la lucha de Bouwer, el objetivo era erradicar el relleno. Hay un momento mágico donde te das cuenta del poder que tenes como vecino, cuando lo descubrís no sos igual. Conseguimos eliminar el incinerador de residuos patógenos, todo el depósito de vehículos ya se licitó para desarmarlos. Lo más reciente es lo de Macri. Nos quisieron tirar las diez toneladas de pilas, nos movilizamos y a las 30 horas, la funcionaria desistió de mandarlas. Y cuando le ponían el micrófono a los vecinos le preguntaban por el éxito. “No, esto no es un éxito. Éxito va a ser cuando no tengamos basura acá. Eso es solo algo muy bueno que nos ha pasado”. En esos momentos aprendés”.

“LA UNIVERSIDAD PUBLICA TIENE LA OBLIGACION DE LEER LA SOCIEDAD”
Contrariamente al Nóbel tradicional, bastardeado por haber sido concedido a genocidas como Henry Kissinger, el Nóbel Alternativo nació cuando un sueco, Jacob von Uexkhull, decidió vender su colección de estampillas e instaurar un fondo para así resaltar la labor de quienes vienen realizando trabajos con grupos de base.
“Cuando me llamaron de la India diciéndome que había ganado, primero me mostré como una persona civilizada. Cuando colgué me puse a gritar bien primitivamente”- rememora con una sonrisa Montenegro.
Entre las personalidades que recibieron el Premio se encuentran el español Juan Garcés (que logró activar la detención de Augusto Pinochet en Gran Bretaña); Leonardo Boff, de Brasil; Ken Saro-Wiwa de Nigeria (a quien el gobierno terminó asesinando por su pelea contra la Shell) y el economista chileno Manfred Max Neef, entre otros. “Son gente que trabaja de forma diferente. No son Al Gore, ese tipo de personajes. Uno es una pieza chiquita, pero te pone muy contento estar ahí y no, por ejemplo, en el directorio de Monsanto”.

¿Son opciones, no?
Si, son opciones.

¿Que valor le das al saber científico y al saber popular?
Yo distingo dos universos: el conocimiento y la sabiduría. Conocimiento es el que obtenés en un laboratorio: aplicas el método científico y luego publicás. No se puede utilizar ese conocimiento puro porque muchas veces es toxico. Cuando el conocimiento se ajusta a la sociedad, a lo que esta pasando, a lo que es viable, a lo que es razonable para todas las partes, ahí es sabiduría. La universidad es un depósito de conocimientos pero, en términos de sabiduría, es un aprendizaje que casi no ha empezado. Lo que ha pasado en La Alumbrera, con el rechazo de los fondos, tiene que ver con esto: una universidad publica con crisis económica donde se esta dando un fenómeno muy peligroso que es su privatización parcial. Ven con buenos ojos hacer acuerdo con sectores privados. Los fondos de La Alumbrera eran muy lógicos en este contexto. El Consejo Interuniversitario Nacional decide si los va a recibir pero, fijate lo espectacular de esto: dentro de una misma estructura, varias universidades empiezan a movilizarse en el 2008: una en Esquel y un movimiento en Entre Ríos que fue la otra reacción incipiente. En el 2009 nuestra facultad fue la primera en rechazarlos. Entre Ríos sigue siendo quien tiene más facultades que se opusieron: tres. Y el proceso continúa. En el fondo no es solo un rechazo a una minera cuyo dinero viene manchado de sangre, es el inicio de un debate. Una universidad pública que se nutre con el impuesto de cada persona que compra un kilo de yerba, por ser publica se merece un debate para conservarse como un actor independiente. Pero esta privatización parcial de la Universidad Pública, como el caso de La Alumbrera o de los trabajos con Monsanto en Rosario, muestran que este debate empieza a golpear.




¿Cuál es la situación del investigador en nuestro país a nivel económico y de reconocimiento?
Es una pregunta jodida. Creo que todos los investigadores tienen una responsabilidad social, así estén estudiando las mitocondrias en una célula. Hablo de las universidades públicas. En la mayor parte de los investigadores hay analfabetismo social. Posiblemente sea un resultado de los “años de plomo” durante los gobiernos militares. Mi facultad adoptiva es Psicología, en donde hubo muchos desaparecidos. Y, en esa época, el que tocaba ciertos temas desaparecía, quien estudiaba las mitocondrias en una célula, sobrevivía. El mensaje fue muy duro. Hay toda una ciencia aséptica en el sentido de no ejercer la responsabilidad social. Y esa es una materia pendiente en los investigadores: leer la sociedad. Son analfabetos sociales, y muchos de ellos ambientales. La mayor parte del sistema de investigación es un sistema sesgado, donde el trabajo con problema social no tiene el mismo prestigio que uno mas sofisticado de ciencia básica, que siempre me ha parecido un concepto medio tonto. Un investigador que solamente sea un investigador es peligroso. Pero peligroso mal. Cualquiera puede dedicarse al tema que sea pero tiene, en la Universidad Pública, la obligación de leer la sociedad. Lo que esta pasando con La Alumbrera demuestra que no hay lectura de la sociedad. Si la hubiera, todas las universidades habrían rechazado los fondos.

¿Cómo te tratan tus pares?
La situación es incomoda. Por ejemplo, yo soy crítico de algunos movimientos sociales como la Unión de Asambleas Ciudadanas. Los quiero muchísimo, pero critico que siempre se reúnen los que piensan igual y creen que, para un lugar, 30 personas son una asamblea. Asamblea fue Esquel, los demás son asambleitas, con todo respeto. Creo que no se puede solamente lograr éxito con la movilización. Movilización mas componente técnico y componente judicial. Y componente de medios. Y para eso tenes que hacer alianzas con gente que piensa lo mismo que vos pero que puede aportar algo que no tenes. La movilización es la sangre pero no puede terminar en eso. Las grandes corporaciones están preocupadas por donde podes golpearlos y esa es la parte técnica y la judicial. Nosotros tenemos parada la mina de uranio en Sierra Pintada en la justicia. Y la otra es la parte de los medios. Entonces, a veces, tus propios colegas te ven con desconfianza, porque sos critico. También dentro de la comunidad académica, porque soy activista. En la Universidad se prefiere ir y frotarse un rato con los pobres, pero trabajar con ellos es otra cosa. Entonces, la situación es incomoda pero prefiero estar incomodo que violando lo que pienso.

“EL PRINCIPAL PROBLEMA AMBIENTAL SON LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS”
El biólogo cordobés preside la Funam , una organización pequeña que funciona desde hace 26 años “sin recibir fondos de ningún lado”, aclara. “Paramos un reactor nuclear en Guatemala, otro en Zinbawe. Trabajamos con comunidades indígenas. Somos un grupo chiquito que va haciendo alianzas con diversos sectores pero con ciertos requisitos. Privilegiamos tres líneas que trasladamos a muchos movimientos sociales de los cuales somos muy críticos. La imperiosa necesidad de desarrollar la parte técnica, la parte judicial y el contacto con los medios, que nos parece esencial. La lucha individual y grupal se transforma en social cuando llega a los medios”
¿Haciendo un cuadro de situación, cual seria el problema más preocupante en el aspecto ambiental?
El principal problema ambiental son los funcionarios públicos. Tener a Homero Bibiloni en la Nación me va vergüenza ajena. O Romina Piccolotti, que aprendió ambiente por correspondencia. Y, como país, el problema mas serio que tenemos es la falta de resistencia ambiental, algo de lo que no se habla mucho. Esta el cambio climático global, efectivamente hay un sobre efecto invernadero, pero ese no es nuestro problema serio sino el cambio global de la tierra, del suelo. El cambio que esta afectando el lugar, eso es una parte, el cambio global de las aguas. En un país donde más del 80% de los bosques nativos se han destruido, ese es el problema. Tenemos mucha menor resistencia para el cambio climático. Se rompen las cuencas hídricas, la fabrica de suelo. Al suelo lo fabrica el ambiente nativo, no los cultivos de soja. Y el suelo no es solo que destroce al bosque nativo, también esta destrozando a un campesinado que durante muchos años vivió con el bosque nativo. Hoy la soja desplaza al bosque nativo y también al campesino. Entonces, este cambio global de la tierra no es solo un cambio ambiental, sino también social. Tenemos el cambio global de la tierra, el cambio global del agua, pero también el cambio global de los modelos de consumo. Cuando vos tenes un yanky en la quinta avenida consumiendo 400 mil kilocalorías por persona y por día (desde alimentos hasta transporte), y un miembro de la comunidad guaraní en la selva consumiendo 3000 kilocalorías por habitante y por día, eso es parte del problema. Y es tan importante como lo otro. Pero es mas fácil dedicarse a ver lo que le pasa al cielo que darse cuenta de lo que esta pasando en el suelo. Eso puede llegar a ser trágico. Es más fácil verlo a Al Gore con su corbata, (que me saca) explicándote a vos, ser del tercer mundo, para que te des cuenta de lo terrible del cambio climático, cuando ese mismo personaje es quien esta promoviendo los cultivos que permitan obtener biodiesel, por ejemplo.

No hay registros de los gobiernos, no existen estadísticas confiables. Pero, ¿que sucede en el caso de las Universidades?
Si hay analfabetismo social en investigadores y parte de la dirigencia, muchas veces las prioridades no son sociales sino universitarias. Algo trágico en un país es no tener estadísticas de mobi-mortalidad, es decir, enfermedades y muerte. Hay una complicidad que no es casual entre la ausencia de sistemas de registro y las empresas, los productos, la irresponsabilidad, la falta de poder de policía que terminan alimentando la mobi-mortalidad. Practicar minería en superficie o aplicar plaguicidas a cultivos de soja es un gran negocio en Argentina porque difícilmente llegue a la justicia. Al no haber estudios de base, muchas veces no podes demostrar que este enfermo o esta mortalidad es atribuible a esta causa. Entonces, si no hay registros, debió ser una bandera de la universidad pelearlo. Por eso, se está promoviendo la epidemiología popular: los vecinos, casa por casa, van, ven, marcan, llevan un plano o mapa, van viendo lo que pasa y que puede provocarlo. En Bouwer lo estamos haciendo en conjunto entre las Universidades de Córdoba y Londres. Entonces, ante el analfabetismo de muchos investigadores y falta de políticas universitarias para cambiar eso (ni hablar del Estado), se hará epidemiología popular hasta que Argentina sea un poco mas seria y cada vez que tengas un problema de salud, puedas ir a un registro hecho que escanee lo que esta pasando. La salud no esta siendo registrada. Tampoco la enfermedad y la muerte. Y eso es patético.

Ese analfabetismo es imperdonable en personas que hay pasado por una Universidad. En realidad, no es analfabetismo, prefieren no ver.
Yo creo que hay analfabetismos que se llevan con un dudoso orgullo. Creo que quienes están en la Universidad saben perfectamente lo que esta pasando a su alrededor. ¡Que corazón puede tener esa persona y le puede afectar un chico bañado en glifosato o buscando en la basura de un vaciadero! Pero, cuando esa persona no le da entidades de conocimiento a eso que esta viendo sino solamente la de anécdota, y solo se la da a su pequeña tribu dedicada a una célula o a estar con un grupo, es como que con ese analfabetismo vivís bien. No te molesta y casi que es mejor.

La ignorancia es pensar que no va a pasarle nada a ellos, o a sus hijos y nietos.
Si, no te olvides que también hay fenómenos sociales muy extraños. Cuando te ha tocado trabajar con comunidades cazadoras y recolectoras en la selva como me ha pasado, aprendes muchísimo. Y en nuestras sociedades hiper consumistas se ha generado un egoísmo generacional. Ya no se piensa tanto en lo que pasara con las próximas generaciones. El argumento es “¡que se las arreglen!, trata de vivir vos tu propia generación”. Eso es duro, pero lo vemos todo el tiempo.

Sin embargo pareces optimista. Totalmente. Técnicamente, vos tenes por ejemplo una función exponencial: 2, 4, 8,16 que es lo que esta pasando en la mayor parte de las cosas. Todo crece de una forma impresionante. Entonces, ¿cual es el sentido de pelear? ¿Cambiar eso que sube permanentemente para que no suba prácticamente nada? No, es imposible. Lo que haces es reducir un poquito la pendiente del crecimiento de las cosas porque lo peor que le pasa a esta sociedad es creer que hay que crecer para poder vivir en forma sustentable. La clave es desarrollarse y distribuir bien. Acá se prefiere crecimiento sin distribución. El sentido de pelear no es cambiar una curva que se va para el cielo y transformarla en una que se va para el suelo. Es absurdo. Es simplemente reducirla un poquito. Un pedacito de curva que reduzcas es una cantidad de sufrimiento impresionante que se ahorra. Lo otro es que, lo peor que podes hacer es tratar de pelear con algo que esta fuera de tu escala. Tenes que tener eso como objetivo a largo plazo. Porque sino, a veces también es una lucha cómoda.
Pese a que el tiempo de la entrevista acaba, Montenegro se esfuerza en dejar claro aquello, tal vez recordando esas primeras observaciones, aquel primer aprendizaje, siendo aún estudiante secundario viendo trabajar a las hormigas:
“Hablo de ver la lucha júnior, la chiquitita. Cada lucha chiquita que ganes te da fuerzas para la otra lucha chiquita que vas a tener. Cuando tener muchas luchas chiquitas ganadas, estas en condiciones de afrontar la grande. Yo no peleo contra el FMI, ni contra Monsanto. Sí contra el Senasa que les autoriza los productos, sí contra un Ministro de Ciencia como Lino Barañao que me da vergüenza, alguien que autorizó los cultivos transgénicos. ¿Cómo vamos a tener de Ministro de Ciencia a alguien absolutamente parcial? Eso también es un objetivo de lucha. Empezar a pelear por lo que se puede cambiar. Paso a paso ir consiguiendo pequeños triunfos. La otra vez estuvimos reunidos todos los vecinos de Bouwer con la rectora y era espectacular. Le pregunto a Isabel Pires, ¿como te sentís? Me responde: “Estoy flotando, porque estuvimos con la rectora”. Imaginate, un barrio recibido por la rectora que dice: “vamos a hacer los estudios gratis para evaluar el impacto ambiental”. Esa mujer tenía una imagen emblemática de la Universidad. A mi me dio mucha felicidad. Pero ellos también saben que esa misma Universidad no hizo antes lo que tenia que hacer. Entonces, yo me quedo con la imagen de Isabel. Y lo que estamos haciendo con el debate de La Alumbrera es para que la sociedad no pierda de referencia a la Universidad. El día que la Universidad se transforme en socia de las principales empresas, de los principales intereses, la que habrá perdido verdaderamente será la más marginada y pobre de la sociedad. Todos los otros tienen alternativas pero, ¿quien va a hacerles un estudio a aquellos que están viviendo una situación de marginalidad total? ¿La Universidad, que esta más interesada en que le cambien equipos con fondos que vienen de La Alumbrera?”

MÁS INFORMACION:
bouwersinbasura.blogspot.com
noafondosalumbrera.blogspot.com

miércoles, 15 de junio de 2011

PREGUNTAS, DIECISIETE AÑOS DESPUÉS


DESAPARICION DE MARTIN BASUALDO Y HECTOR GOMEZ -
En esta historia oficial de los derechos humanos faltan nombres., faltan rostros. Julio López ya no figura en los discursos presidenciales, ni en los noticieros, ni en los diarios. ¿Desaparecido por cuantas veces? ¿Dos, tres?
¿Dónde van esos nombres que ya no se nombran? ¿Adónde esas calles que los vieron pasar? ¿Siguen siendo las mismas? Las huellas se borran con el tiempo o queda algo, un destello, un retazo de vida aferrada al asfalto, una gota de sudor oculto en esa calle de tierra. ¿Dónde va el trabajo que moldearon esas manos? ¿Alguien verá reflejado en su espejo esta historia? ¿Y las miradas? Esas que los vieron pasar hasta desaparecer, ¿se transformarán alguna vez en desahogo, en palabra frágil que atraviese el miedo?
Un día como hoy de hace 17 años, dos pibes desaparecían a la luz del día, se esfumaban entre todos nosotros, daban vuelta la esquina y ya no estaban. Tenían nombre propio, se llamaban Martín Basualdo y Héctor Gómez.
Las crónicas de los diarios afirmaban que ya había amanecido, que la noche negra había pasado. Los gobernantes, los jueces, la policía no podían haber sido. Los gobernantes eran democráticos, los jueces probos e imparciales, la policía estaba al servicio de la comunidad. Sin embargo dos pibes se esfumaban, y el pasado que, según decían había pasado, se hallaba doblando la esquina.
Los Martin, los Héctor. Diecisiete años después. Diecisiete años de impunidad. ¿Alguien podrá ver en aquellos ojos la mirada de sus hijos? ¿O serán ya solo polvo, diario viejo, palabra gastada, silencio apagado de una ciudad que despierta con el ruido de escape de los autos y el apuro que atraviesa tantas historias invisibles de tantos rostros ausentes? Hoy, otro 16 de Junio, ¿alguien notará que no estamos todos? ¿Será cierto que podemos vivir cada uno en lo suyo, aislados de la suerte de los otros?
Hoy los gobernantes insistirán en colmarnos de promesas universales. Hoy los diarios reflejaran al crack de futbol, el último escándalo, la nota paga. Hoy, al despertar, alguien volverá a abrazar a su hijo, le hará el desayuno y lo acompañara a la escuela. Mientras tanto, en alguna parte de la ciudad, dos familias continuaran preguntándose que fue de ellos. ¿Qué fue de Martín y de Héctor? ¿Donde están? Y si ya no están, y si ya no vuelven, ¿tendrán al menos un lugar donde llevarles una flor, donde decirle que los extrañan, que no existe día donde no los recuerden y los piensen?
Demasiadas preguntas para un Estado que debería cuidar sus habitantes, no hacerlos desaparecer. De ellos poco puede esperarse. Pero nosotros, acostumbrados a ver pasar las cosas como si siempre les sucedieran a otros, a masticar la mentira oficial como si fuera el pan nuestro de cada día, ¿continuaremos pensando que nuestra vida resulta tolerable, mientras historias como esta se repiten, siempre como tragedia? Y, lo que es más importante, ¿podrá nacer un futuro en esta tierra de tanto olvido?
Gilda García/Osvaldo Quintana
Revista EL COLECTIVO
elcolectivo2004@yahoo.com.ar

martes, 14 de junio de 2011

LA SOJA, LA SALUD Y LA GUITA



POR JULIO MAJUL (*)
El tema que quizá sea más importante para debatir, en materia de política económica, es ignorado (en los dos sentidos que se puede usar la palabra) por la clase dirigente argentina.
A políticos, economistas, la clase dirigente en general, no se les ocurre pensar qué haremos con el dilema entre la sojización de la economía y el cuidado de la salud de los argentinos.



El centro de la política económica kirchnerista ha sido, y sigue siendo, la soja. Ella explica, casi por sí sola, la existencia de los superávits gemelos: el superávit fiscal, o sea los ingresos estatales superiores a los desbordados gastos; y el superávit del sector externo, o sea la subsistencia de exportaciones superiores a importaciones más transferencias al exterior.
Así, pareciera que el llamado “modelo sojero” es una especie de panacea argentina; la concreción del nuevo milagro económico. Ingresos a los grandes productores agrícolas de una magnitud sencillamente increíble para nosotros, laburantes comunes de la Argentina; y dinero para el Estado a raudales. Por supuesto que es inevitable la existencia de diversas formas de corrupción: fugas de capital por decenas de miles de millones de dólares, no pago de tributos por medio de las habituales avivadas de los grandes grupos económicos, son parte de la “normalidad” económica nacional.
El grado de dependencia de la economía argentina con respecto a la soja es tan elevado, que resulta sencillamente impensable cortar abruptamente el vínculo.
Ni kirchneristas, ni peronistas disidentes, ni radicales, ni nadie (para ser reales) piensan en abandonar esta sojadependencia, a la que visualizan como fuente de ingresos abundantes.
Ni se les ocurre tampoco pensar en lo peligroso de esta dependencia de un cultivo agrícola.
Hace poco, el diario ultrakirchnerista MIRADAS AL SUR publicó una nota donde se considera a las materias primas “heroínas de la recuperación económica”, y no se menciona ni una vez, en dos páginas dedicadas al tema, los efectos en la salud humana y el ambiente en general.
Pareciera que todos los poderosos, y quienes aspiran a serlo, están chochos con nuestra Nación como sojadependiente.


LA CARA HORRIBLE DEL MODELO
Como todos sabemos, los agroquímicos (en especial pero no solamente) el glifosato, son fuente de toda clase de males horribles para la salud de los humanos, primero de los que viven en lugares donde se siembra soja, pero en definitiva la paulatina contaminación de ríos hará que todos estemos afectados por esta tragedia cotidiana.
Los multiplicados casos de cánceres de variada clase, los corroborados e indiscutibles casos de horribles afecciones, las muertes nunca esclarecidas de los chicos de Gilbert, en Gualeguaychú; de mucha gente fallecida por causa directa de los agrotóxicos, denunciados y probados por gente tan seria como el doctor Daniel Verzeñassi y científicos de distintas especialidades, de todas partes de la Argentina, no dejan duda que la sojización acarrea muerte.Tan simple y claro como eso: la soja es muerte.
Lo dijo hace poco el eminente científico del CONICET Andrés Carrasco, estudioso de la cuestión desde su especialización como embriólogo.
Carrasco dio conferencias en Gualeguaychú y Paraná, ambas sobre los agrotóxicos y en especial el glifosato.
El periodista Tirso Fiorotto enunció en una nota periodística lo siguiente: “Las conclusiones de las investigaciones realizadas por Andrés Carrasco en laboratorio pasaron a ser en estos meses el mayor obstáculo para la continuidad de un sistema de producción a gran escala, y en plena expansión, realizado por grupos concentrados de la economía y con alta incidencia de sectores de la especulación financiera volcados a competir con las pymes clásicas de los cultivos.
Y es que este científico de larga trayectoria demostró en laboratorio que una agricultura basada en el uso de productos químicos, que genera enormes dividendos al Estado nacional, a los pooles de siembra, a las multinacionales que proveen las semillas transgénicas y el herbicida, o que monopolizan las exportaciones (Monsanto, Cargill, entre otras); esa agricultura está exponiendo al riesgo de malformaciones de todo tipo a los seres vivos de la región.
El modelo contamina la naturaleza, y pone en peligro la salud incluso de las personas”.
En resumen, a los sojeros se los acusa de provocar muerte y contaminaciones que serán duraderas por muchos años, en suelo, agua, aire.


¿AND NOW WHAT?
Como no tenemos poxipol, hay que pensar qué se deduce de todo esto.
Decir que la cuestión es extremadamente grave parece una obviedad; pero no lo es si verificamos que a nadie de los poderosos de la Argentina parece interesarles la cuestión. Y obsérvese que decimos “a nadie” le importa, porque realmente no hemos escuchado ni a un solo poderoso, político, economista, empresario, sindicalista; nadie, absolutamente, plantear seriamente la situación y (menos aún) alguna posible solución.
Muchos ambientalistas se aferran al dogma: hay que prohibir todos los agroquímicos sospechosos, cueste lo que cueste.No nos parece del todo razonable este planteo, que causaría un daño irreversible a la economía actual de la Nación.
Hay que pensar en soluciones graduales, pero soluciones. No lo que habitualmente hacen nuestros politiquitos: poner parches para hoy, y mañana que se arregle el que venga. Típico pensamiento bustista o montielista, pero extensible a cualquier dirigente de primera línea entrerriano.
No es posible asistir al aumento desaforado de distintas formas de cáncer y malformaciones de todo tipo, como ocurre en Gualeguaychú hoy, y plantear la cuestión en términos de “que cierre Botnia y no se permita más ningún agroquímico”, o “todo se irá corrigiendo con el tiempo, no hagamos olas”.
Ni un extremo ni el otro son valederos: uno hace inviable la solución, y el otro eterniza la agresión a la humanidad y a nuestra tierra, que es la de nuestros hijos y nuestros nietos.
Yo no tengo soluciones, mis conocimientos científicos son mínimos y no alcanzan para proponer soluciones valederas, posibles; pero al menos es menester formar conciencia de que esto así, no va más. Y que si no hallamos formas de ir liquidando las contaminaciones de todo tipo, nuestra tierra será yerma. Y a corto plazo.

EN ENTRE RÍOS, TERRIBLE
Según datos oficiales, el setenta por ciento (70 %) de la superficie cultivable en nuestra provincia, se siembra con soja.
Año a año, a medida que los gobiernos se olvidan de promocionar la ganadería, los otros granos no contaminantes, la cosa se agrava.
El gobierno fuerza a los campesinos a dejar sus tierras, alquilarlas porque su escala de producción no les rinde, como lo evidencian todas las estadísticas, aún alguna amañada, que indican el progresivo despoblamiento del campo entrerriano y su explotación por pooles de financistas.
Ante esta realidad, es menester que los gobernantes y los aspirantes a serlo, al menos tomen conciencia de lo que está en juego, y llamen a quienes pueden ayudar para buscar soluciones prácticas, factibles y urgentes.
Según la agencia especializada en negocios agrarios “Openagro” la rentabilidad de los cultivos de soja aumentará, para esta cosecha, en alrededor del 20%. ¿Quién convence al productor de maíz que siga haciéndolo, cuando el Estado le pone mil trabas, y su vecino siembra soja y esta cosecha le rendirá, en dólares, 20% más que la anterior?
O sea: ¿quién le pone el cascabel al gato?


(*) Miembro de la Junta Americana por los Pueblos Libres. Publicada en Revista EL COLECTIVO N` 31.

viernes, 10 de junio de 2011

“EL NEGOCIO DE LA IGLESIA CATÓLICA CONSISTE EN CONTROLAR LOS DOS AGUJEROS”


ENTREVISTA EXCUSIVA CON LILIANA FELIPE
Por OSVALDO QUINTANA


La inquisición no la hubiera perdonado. Habría sido acusada y condenada por hereje, blasfema y lesbiana.
Es cantante, pianista, compositora y dueña de un estilo inclasificable, aunque en Argentina su obra no sea conocida como merece mientras que sus presentaciones en México ( lugar donde reside desde 1976) alcanzan siempre la masividad.
Sin aires de diva, y mientras esperamos su regreso para el mes de Junio, Liliana Felipe concedió esta entrevista exclusiva para EL COLECTIVO.


“Hablo con dejo de otros mares/ y ya no sé qué arenas/ guardarán secretas, /aquel pequeño puñado de historias que fui/ tan lejos de aquí”. (LA EXTRANJERA)

Pese a que su obra no se difunde por los llamados medios masivos de comunicación (“¿Por qué deberían hacerlo?”, pregunta ella), Liliana Felipe no necesita demasiadas presentaciones. No por lo menos de aquellas que enumeran datos y fechas inútiles. Polémica, frontal, igual del derecho que del revés, esta artista argentina, nacida hace más de 50 años en Villa María, Córdoba, no busca aggiornar su discurso para agradar al interlocutor. Es de aquellas personas ante las que no es posible permanecer indiferente. Entonces uno solo tiene dos opciones: amarla u odiarla.


¿Qué recuerdos tenés de tu infancia en Villa María?
“De un día que mis hermanos se pelearon y mi mamá hizo su maleta y yo la vi irse a través de la ventana. De ir a juntar ranas e hinojo en la laguna y en los charcos.
De hacer empanadas los domingos.
De acostarnos con mi papá en el techo de la casa, las noches de verano para ver las constelaciones. Del olor de los bizcochitos con chicharrón. Del color del río cuando venía crecido. Del color del río cuando era invierno, cuando era verano, primavera, otoño. Del sabor del agua del río. De la temperatura del agua. De los ahogados que aparecían enredados entre los sauces, de los que nunca más aparecían. De siempre llevar un corcho en el cuello, por aquello del calambre. De los perros, las tortugas, los conejos, los loros, los cuises que teníamos. De los domingos que nos metíamos todos en la cama con nuestros papás y recitábamos poemas inventados. Era la especialidad de mi hermana. De un ahorcado que aún no habían bajado del árbol y estaba con el pantalón todo mojado. De mi vecino que murió electrocutado. No recuerdo su nombre, pero yo siempre le cantaba “di blu, di pinto di blu“...no sé si era premonición o qué. De mi primo Josesito al que atacaron las abejas. De haber visto a mi maestra de historia tirada y borracha en un túnel.
De los rostros del Hogar de Ancianos. Del rastro. De la tierra, el aire, los vientos, mi bicicleta, el tren carguero, la maestra que intentó suicidarse tirándose a las vías, pero solo le amputaron una pierna; del tren, las estrellas fugaces, las vizcachas, la bagna caoda, los asados, los trompadones que nos dábamos cuando jugábamos fútbol y de la llegada del piano a mi vida”.

“Los paraísos, no son lugares cómodos para vivir, / Con tanta abundancia con tanta calma/Se aburre hasta el caracol”. (“LOS PARAÍSOS”)
Su música resulta difícil de definir y, si uno tiene la maldita costumbre de encasillar todo, puede encontrarse con más de un problema. Habrá entonces que sumergirse en estilos tan disímiles como cabaret político, tangos, boleros, pasodobles, cumbia, danzón, todos y cada uno de ellos mezclados e interpretados como solo ella puede hacerlo: con amor, pasión y bronca, despotricando contra este mundo hipócrita y ciego. Luchando por cambiarlo.
Entonces, para conocer bien a la Felipe vale la pena hacerse una escapada a Buenos Aires y presenciar algunas sus contadas actuaciones en Argentina.
Su música no se define: se escucha, y se completa viéndola arriba del escenario. Por eso, tal vez sería necesario cerrar los ojos entre párrafo y párrafo, entre pregunta y pregunta y tratar de imaginar sus gestos, su estilo irreverente, su tonada mexicana imponiéndose al cantito cordobés. Intercalar este reportaje a la distancia escuchando “La extranjera”. Dejar todo para dar paso a su voz desgarrada entonando “Buscarte”, una composición incluida en su trabajo “Matar o no matar” dedicada a Ester su hermana asesinada por la última dictadura militar en Argentina (editado a total beneficio de H.I.J.O.S. Córdoba). O sentirla, desbocada, putear contra curas y dictadores asesinos (“Curucucha”) Porque sus heridas a flor de piel, cada una de las piezas que unen su cuerpo, encajan perfectas con la historia de nuestro país y también con nuestro presente.


¿Cuáles fueron tus comienzos en la música, tus primeros maestros?“Al comienzo una vecina comenzó a darme clases, pero luego conocí a mi maestra de música y de la vida: Irene Timacheff, ella fue la que me enseñó”.


Ya desde chica, cuando a los siete años le preguntaron que quería estudiar y ella sin dudar eligió el piano, debió haber sentido inconscientemente que la música era una de las formas de abrirse, de viajar, traspasar fronteras, conocer otros mundos.

¿Cuáles fueron tus comienzos en la música, tus primeros maestros?“Al comienzo una vecina empezó a darme clases, pero luego conocí a mi maestra de música y de la vida: Irene Timacheff, ella fue la que me enseñó”.

Vos te mudaste a México en 1976 y eso luego se transformó en exilio, ¿qué edad tenías por entonces y cuales fueron las razones para irte en un primer momento? (Antes de la llegada de la dictadura)
“Tenía 22 años y formaba parte de un grupo de música llamado Nacimiento que fue invitado a dar unas funciones en Lima. Ahí nos tocó el golpe. Más preciso sería decir que al salir de Argentina, nos dimos cuenta del infierno en el que vivíamos. Lo del exilio fue después”.





Ser obligada a retomar toda tu vida en otro lugar debe de haber sido muy duro.
“Nadie me obligó a no regresar. Yo continuaba de muy buen ánimo mi viaje a pié desde Lima hacia arriba. Cada centímetro y cada segundo fueron un muy buen motivo para continuar.
Ahora que leo en Las Mil Noches y una Noche que la autora desconocida dice:

Parte amigo mío!
Abandónalo todo y parte!
Otros amigos vas a encontrar
que sustituirán a los que encontraste!
Parte! Abandona la ciudad y monta tu tienda!
Vive en ella!
Solamente allí vas a encontrar las delicias de la vida!
En las casas civilizadas y estables
no hay calor ni amistad,
créelo, sal de tu país,
arranca tus raíces del suelo de tu país,
busca asilo en el extranjero, escúchame!
He visto que el agua,
cuando se estanca se corrompe,
podría librarse corriendo de nuevo,
pero de otro modo es inevitable.
También he observado la luna llena
y conseguí averiguar el número de sus ojos,
de sus ojos de luz.
Pero de no haber seguido evoluciones en el cielo,
no hubiese podido conocer los ojos de cada cuarto de luna,
los ojos que me están mirando.
Mataría la flecha, si no escapara con fuerza del tenso arco?
Y el oro y la plata no serian polvo vil
de no haber salidos de los yacimientos?
y el armonioso laúd, solo seria un pedazo de leño
si el leñador no lo hubiese arrancado de la tierra para darle forma.
Aléjate y alcanza las cumbres.
Si continuas pegado a tu suelo jamás podrás escalar las alturas!
Siento que fui una buena viajera, medio ignorante del terreno que pisaba, pero muy entusiasta”.

Y en esta recorrida, en este viaje por toda América, es cuando decide viajar a México para despedir a una amiga que había decidido radicarse en Europa. Y fue amor a primera vista. Aunque recién después de 27 años, en el año 2005, Felipe decide recién adoptar la ciudadanía mexicana.”Nunca me sentí una expatriada ni lo viví como una situación de desarraigo, fue una elección”- confiesa. Aunque allá por 1987 haya intentado un frustrado regreso a la Argentina “democrática”. Se fue como llegó luego de sufrir un intento de censura del empresario que la había contratado. “Me pidió que quitara una canción de mi repertorio y le respondí que no iba a ser posible”.

En México también conociste a Jesusa, tu amor, tu “esclava sexual”, imagino que en una sociedad machista como la mexicana debes de haber tenido algunos problemas por tu elección.
“Donde más machismo hay, hay más infectados de SIDA. “cada cosa que ves, son dos cosas o tres”.

En noviembre de 1990 Liliana y Jesusa Rodríguez, actriz y dramaturga, abren el Teatro Bar El Hábito: y el Teatro de La Capilla, “espacios de cultura independiente, sin becas, donde está prohibida la autocensura”. Desde entonces, programan y realizan allí obras propias de cabaret y de otros músicas/os y actrices/actores. Durante sus 15 años de vida el lugar se transforma en un laboratorio, conservatorio y observatorio artístico, político y cultural con fuerte impacto en la sociedad mexicana. Incluso es en ese mismo escenario donde Liliana y Jesusa se casan en forma simbólica con un importante número de personas celebrando la boda en una gran fiesta.
¿Por qué cerraron El Hábito?
“Cerramos El Hábito, porque sentimos las dos que cumplimos una etapa y había que comenzar otra. El Tsunami nos decidió. 300.000 personas muertas en un día, hacen repensar ciertas cosas. A dos años y medio de la decisión, sentimos que hicimos lo correcto. No tener El Hábito nos ha dado la oportunidad de viajar y conocer otros lugares, otras personas, otros proyectos”.

“NADIE TIENE DERECHO A MATAR A NADIE”
“Buscarte en los infiernos del Dante, /en el amor de Paula y en los mates amargos. /Buscarte en el pasado que llega mañana, / en la noche infinita bajo la Cruz del Sur”. (“BUSCARTE”)
Corría el año 77 y Liliana recibía una carta de su padre pidiéndole que se quedara en México: su hermana Esther y su cuñado Luís habían sido desaparecidos por los asesinos de la última dictadura militar en un operativo del Tercer Cuerpo de Ejercito, comandado por Luciano Benjamín Menéndez. Con el paso de los años pudo saberse que ambos estuvieron “alojados” un tiempo en el Centro Clandestino de detención llamado “La Perla” donde finalmente fueron fusilados.
Dejaron una hija de 25 días: Paula, quien hoy milita en Hijos por la Identidad, la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.)

El 10 de Enero se cumplieron 29 años de la desaparición de tu hermana Esther. ¿Que recuerdos tenes de ella? ¿Qué es lo que más extrañas?
“Ester tenía 28 años cuando la mataron. Tenía 4 años más que yo. Ella ordenaba casi todo en mi vida. Visto a la distancia, ella y ellos sabían perfectamente qué clase de proyecto había sobre Argentina y no quisieron permitirlo.
A 30 años sigo sin comprender su ausencia”.

Heridas a flor de piel, heridas que no cierran, “Existes porque te recuerdo”, supo escribir Liliana alguna vez quizás recordando su infancia en Villa María cuando aquella maestra que tanto quería y admiraba les hizo llevar un diccionario y les dijo: “Busquen la palabra olvido. Ahora táchenla, porque no existe”.

“No me arrodillé/ No me arrodillé,/ni me voy a arrodillar /si quieres Dios,/siéntate,/y platiquemos./Si te amara,/Obligaría a otros a darte,/y terminaría por matarlos /si se negaran /no me voy a arrodillar,/por que pensar es dejar de arrodillarse”. (NO ME ARRODILLE)/
¿Cuáles crees que son las huellas dictatoriales que aún persisten aún en nosotros?
“La huella más grande de la dictadura es y seguirá siendo hasta su próxima desaparición: la iglesia católica.
Cuando alguien piensa que para detener al comunismo es necesario matar a treinta mil personas, debe hacerse revisar por un siquiatra. Esas personas todavía abundan en Argentina y en todas partes. Nadie tiene derecho a matar a nadie.
Cuando alguien mata en nombre de Dios, esta borracho o esta viendo visiones”.


“EL DINERO SE DEDICA A CREAR ESTUPIDOS”
¿Cómo es el público que asiste a tus presentaciones?“Intelectuales, clase medieros y lesbianas, gays, transgéneros, bisexuales y algún que otro despistado al que no pienso devolverle la entrada”.

¿Qué cosas han influenciado tu trabajo últimamente?
“Leer a León Ferrari. Ver su obra una y otra vez”.

“Pobre gente la gente/ que en nombre de su Dios/ mata a otra gente. /Pobre Dios el de esa gente: / cruel, perverso, nunca escucha/ los dolores de la gente asesinada, / por los odios que ese Dios/ desata impune ante la gente./ Bautizados, si, pero asesinos./ Persignados, si, pero usureros/.Comulgados, pero corruptos...”/ (POBRE GENTE)
¿En que proyectos estás trabajando hoy?

“En Los diez mandamientos de los laicos, basados en los de la iglesia católica, o mejor dicho en el “Negocio” de la iglesia católica. Es el negocio de controlar los dos agujeros”.

¿Cuando volves a Argentina?”En junio estaremos por allá en un encuentro que se llama Corpolítico que se llevara a cabo en el Centro Cultural Recoleta. A mi me han programado en el teatro Empire, no se que día y también estaré en Montevideo el 15 de junio en la Sala Zitarrosa”.

“Tienes que decidir/quién prefieres que te mate:/un comando terrorista /o tu propio gobierno para salvarte/ del comando terrorista. /Tienes que decidir /qué prefieres que te mate:/la pobreza, la miseria /el Tratado de Libre Comercio /o el programa contra el hambre”. (“TIENES QUE DECIDIR”)

Es argentina y mexicana, “argenmex”, ciudadana del mundo. Dice que nunca sintió que la toma de la ciudadanía mexicana atentara contra su ciudadanía de origen”. También agrega que su tonadita cordobesa reflota cuando vuelve con los suyos en Villa María. En aquel lugar donde se acostaba en el techo de su casa por las noches de verano, junto a su padre, para contemplar las constelaciones.

En muchas de tus canciones queda muy evidente tu odio y desprecio hacia militares, curas y políticos que han tenido mucho que ver con el estado de cosas en que estamos inmersos. El mundo, nuestro mundo, parece gobernado por psicópatas, corruptos y asesinos mientras que las mayorías permanecemos silenciosos o en una militancia light, no haciendo lo necesario para cambiar realmente las cosas; ¿No notas una falta de compromiso en todos nosotros, esa que estaba más a flor de piel en los años 70?
Creo que no hay una receta. Siempre ha habido gente inteligente y gente estúpida. El dinero se dedica a crear estúpidos. Suficiente ver la televisión y los comerciales. Los productos que logran hacer una campaña publicitaria en la televisión, son los productos que mas roban o que menos pagan a sus empleados o están subsidiados por alguna mafia; pero como son lo que se publicitan, son los que mas se venden. Esa misma reflexión, trasládala a la política, a la iglesia, etc.
Trata de mantener una conversación con alguien que se dedica a hacer dinero. Es inútil.
Pero no hay terciopelo que no se arrastre por el suelo.

Hace más de 30 años que te fuiste, allá tenés una familia, afectos, una casa, una carrera, una vida en territorio mexicano; ¿qué cosas te llevaste de acá de las que te fue imposible desprenderte, “ese puñado de historias” que nombras en una de tus canciones? Nada que pese, nada que cueste, nada que nadie quiera poseer, nada que me estorbe, nada que me apriete.

NOTA PUBLICADA EN EL COLECTIVO