Revista EL COLECTIVO

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miércoles, 27 de abril de 2011

LAS CÁRCELES DEL ALMA


Hace no muchos años escuchamos hablar de una dolencia que comenzaba a conocerse mediáticamente con el nombre de ataque de pánico. Sin todavía saberse en profundidad sus causas, estas crisis de angustia se generalizaron en pocos años transformándose en el síntoma de una época. Para muchos el concepto estaba relacionado con la inseguridad, la incertidumbre y el aislamiento a que habíamos sido sometidos durante los años 90. Para otros, se trataba de esa vieja angustia existencial que arrastraba el hombre desde tiempos inmemoriales, aunque con menor contención social e institucional.
Hasta el día de hoy subsisten muchas preguntas pero la única respuesta parece ser la fuerte dependencia de drogas legales como el clonazepan, que beneficia a laboratorios farmacéuticos para quienes los ataques de pánico representan un cuantioso negocio. En medio de estas discusiones se encuentra un hombre que duda entre animarse a buscar un sentido a su vida o conformarse con acallar el síntoma para que el sufrimiento resulte más soportable.



Charla con Norma Barbagelata, psicoanalista:
“PARA RECUPERAR EL SENTIDO DE LA VIDA HAY QUE EMBARCARSE CON OTROS”
Por GILDA GARCÍA


Cada época organiza subjetividades diferentes y, por tanto, presenta una sintomatología determinada. Para Norma Barbagelata, psicoanalista y docente de la Uner, actualmente existe un fuerte crecimiento de la angustia con mucho sufrimiento como producto de la disolución de las instituciones. Y la fragilidad subjetiva del hombre hace necesario la recuperación de la palabra como preámbulo a recuperar el sentido de la vida.
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¿Los ataques de pánico podrían considerarse una nueva patología?

Los síntomas van codificándose con las épocas. Por ejemplo, las descripciones de las histerias que hacia Freud, hoy no existen. Es muy raro. A veces nos pasa que al consultorio llega un paciente con síntomas histéricos en el cuerpo y entonces comentamos que “nos llegó una histeria siglo XIX”. Es decir, no aparece la histeria con parálisis, desmayos, imposibilidad de caminar.
Como en las telenovelas donde aparece una histérica que no puede caminar, que esta entre fabuladora e histérica. Los síntomas que Freud encuentra en sus pacientes son anestesias en el cuerpo, parálisis, ceguera, dificultades para caminar, dolores. Ese tipo de sintomatología hoy ha sido reemplazado por cuestiones que tienen que ver con la imagen, la anorexia, la bulimia y los ataques de pánico. Entonces, cada época tiene su sintomatología. Hay algo en la época que se esta manifestando.
Respecto de los ataques de pánico, me parece que en esta época hay una menor contención del lado de lo que podría llegar a ser el universo simbólico de cada uno de los sujetos y de las instituciones. En la época de Freud, la familia, la iglesia y las profesiones tenían una coherencia y una cohesión que hacia que los sujetos estuvieran como muy sujetados, muy contenidos en el doble sentido. Es interesante ver a los burgueses de fines del siglo XIX y principios del siglo XX – que es la época de Freud – como personas muy sometidas a lo que la sociedad les imponía. Nosotros vivimos en un tiempo “muy libre”. Pero esa libertad hace que vos tengas que decidir todo el tiempo.
Es importante ver que la angustia no existía antes de la modernidad. Pascal es de los primeros que empieza a hablar de la cuestión de la angustia. Y a partir del inicio de la modernidad aparece cada vez más hasta que se transforma, incluso, en un concepto filosófico con Kierkergaard. Pero tenes que llegar al siglo XIX, antes no.


Creía que la angustia- aun con diferentes modalidades siempre había estado con el hombre.

No. Hay un trabajo de Kierkergaard que compara la tragedia antigua con la moderna donde precisamente señala que lo que en la tragedia moderna seria angustia en la antigua es sufrimiento. Ahí no esta la dimensión subjetiva. Es decir, cuando Edipo o Antigona sienten que están haciendo algo que los coloca en un lugar conflictivo respecto de la ley, esto tiene que ver con un orden que les viene de generaciones anteriores. Pero les es exterior. Se da porque los dioses se les imponen o los engañan. En cambio, en la modernidad, se transforma en un conflicto interno que divide al sujeto. La elección llega a un nene de 3 años, por ejemplo, cuando sus padres se separan y le preguntan con quien de los dos quiere vivir.

¿Por qué no encontramos los mecanismos para manejar esa libertad sin que nos cree conflictos?

Porque tenes que decidir en cuestiones sobre las que no podes, no queres o no tenes herramientas. Por un lado existe lo que ha sido la evolución del hombre en relación al trabajo. Es decir, desde la existencia de la esclavitud pasando por el siervo en el feudo hasta la existencia del proletariado como “hombre libre”, hay una evolución histórica y del trabajo. También tenes otras evoluciones o movimientos. Pero este movimiento del trabajo significa también que el hombre se va desujetando de lo que sería la esclavitud, es decir que otra persona pueda ser dueña de tu cuerpo, de tu destino, de tu vida. Cuando se pasa a la libertad, se tiene esta libertad vacía.

O sea que nos dieron la libertad pero no las herramientas para poder manejarla.

Claro. Pero además sucede que las instituciones se vuelven más permisivas. Es decir, cada universo simbólico, cada época organiza subjetividades diferentes. Nuestra subjetividad esta efectuada por un universo simbólico, por un mundo que es distinto del freudiano y que a su vez, es completamente distinto del feudal y del antiguo. Entonces, ni el amor, ni el duelo, ni el dolor… O sea, la cosa de la interioridad nace a partir de San Agustín. La vivencia de cierto mundo interno del sujeto que ira evolucionando hasta llegar al Yo moderno que aparecerá de un modo nuevo en la literatura. La primera novela con este Yo autoreferente está recién en Rousseau. Antes no. Esto implica que la cultura te ofrece un significante, un espacio para existir, para ver, para encarnar; que es distinto de lo que la cultura le ofrecía a Sócrates para ser. Ahora, ese espacio que nuestra cultura nos ofrece hoy para existir tiene un montón de componentes de riqueza, de libertad, de capacidad de decisión y, por otro lado, de aislamiento, que hace que el sujeto se encuentre más vulnerable respecto a sus propias decisiones.

¿Hasta dónde llegaría nuestra libertad con un mundo cultural tan estereotipado como el que se nos impone en la actualidad?

Bueno, lo que viene a reemplazar esos preceptos, esas ordenes y esa legislación que decía lo que tenias que hacer y lo que no, hoy vos “libremente” digitás, podes decidir. Es decir, la diferencia es que si una mujer musulmana es adultera puede ser apedreada y muerta. Hoy la libertad sexual te permite tener parejas homosexuales, parejas abiertas, parejas que hacen intercambios. Entonces podes elegir, conectarte con un grupo de gente que tenga una vida sexual promiscua o libre. En la época de Sócrates o en la feudal no tenías esa libertad.

Ahora tenes esa libertad y la conciencia del manejo de ella pero el “deber ser” sigue teniendo existencia.

Claro. Y, a su vez, el sentido de la responsabilidad. Es decir, si no sos feliz, si no tenes éxito, si no logras lo que queres, es culpa tuya. Y, a su vez, respecto de lo que vos queres también hay una alineación porque, en realidad, lo que queres no lo podes elegir tan libremente porque dentro del sistema hay ciertas elecciones que te dejarían por fuera, marginada. Esto también tiene que ver con las posibilidades de manejo de si mismo. Esta cultura también tiene como ideal el automodelado de sí, el control de sí, el control de la pulsión. Todo es control. Disciplinamiento sobre el propio cuerpo. Y, de alguna manera, el síntoma siempre viene a decirnos que no es tan fácil de domesticar. Lo mismo ocurre con estos famosos ataques de pánico. En general, la sintomatología de ellos se parece a lo que fue la fobia típica: claustrofobia, agorafobia, zoofobia. La fobia te produce una crisis de angustia, de terror. Cuando te encontras con el objeto fóbico lo que producís es un ataque de pánico: aparece sudoración, taquicardia, sensación de que te vas a desmayar, que te vas a morir. Un montón de sensaciones corporales muy feas que impiden el encuentro con el gato, si tenes zoofobia, tomar un ascensor si tenes claustrofobia o salir a la calle, si tenes agorafobia. En la actualidad esta sintomatología se ha generalizado mucho.
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Hay mucha gente tomando drogas como Rivotril para estar “bien”, para poder dormir. Demasiada gente – incluso muy jóvenes- cree necesitarlo para soportar la vida. ¿Pensas que hay un abuso en este sentido?

Si: Por ejemplo el síntoma de los niños inquietos y con atención deficiente. Se termina medicando a los chicos en la primaria. Entonces, hay un abuso con respecto a la medicación que tiene que ver con esta fragilidad subjetiva, que, en lugar de trabajarla para que de alguna manera el sujeto pueda enfrentar sus temores y ver de que se trata, la manera en que puede hacer algo con eso, se trata de acallar al síntoma y hacerlo desaparecer para que no moleste. Quedas a merced de la droga que te saque ese síntoma pero sin la posibilidad de averiguar que quiere decir esto. Es decir, “si tengo estos ataques de pánico seguramente responde a que estoy sintiendo que debo resolver situaciones que no puedo o que tengo que enfrentar algo que conozco pero que no quiero reconocer”. Entonces, darle lugar a buscar el sentido del síntoma es distinto que simplemente pretender hacerlo desaparecer sin más.

¿Si se tratara el síntoma seria menor la cantidad de medicación suministrada?

Aquí hay dos modelos teóricos respecto de que entendemos que son los síntomas y que es lo que hay que hacer con ellos. Tiene que ver también con diferentes posiciones éticas, porque gran parte de cierta psicología lo que busca es una especie de reeducación donde se intenta nuevamente el control, donde subyace la fantasía de la posibilidad del control y donde lo que no funciona no es intrínseco a la vida humana sino algo que se puede corregir. En cambio, para el psicoanálisis lo que no funciona es parte intrínseca de la vida del ser humano y por eso aparece el síntoma. Pero, a su vez, cada síntoma de alguna manera permite decir algo de eso que no funciona, poder acercarte más y saber acerca de eso. La diferencia entre estos distintos modelos teóricos está en la relación que se tiene respecto del saber y de que hacer con el síntoma.
Para nosotros, en un chico como síntoma el fracaso escolar, antes de que aprenda sin más, es importante discriminar si este fracaso tiene que ver con un modo de resistir a ciertas situaciones familiares o de denunciar maltrato familiar, donde ni el mismo es consciente de eso. Que puedas hacer conciente lo que hay debajo de ese síntoma hace que este ya no sea necesario. Desaparece solo. Ahora, si vos lo haces desaparecer vía medicación, vía reeducación, sin saber lo que había debajo, su sentido sigue estando sin resolver. Además te perdes la oportunidad de saber por qué existe ese síntoma. Es decir, no lo tomás como una ocasión para saber lo que no funciona en tu aparato psíquico, en tu circuito familiar, en la situación en la que estás.
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¿Cuándo empezaron a aparecer los ataques de pánico?


No sabría dar fecha de aparición. Así como en la década del 80 la vedette era una patología como la anorexia, aproximadamente a partir del 95 surgen los ataques de pánico. Pero sólo en los medios. No es que de golpe tengas en el consultorio una gran modificación. Yo he tenido pacientes con fobias o ataques de pánico, lo mismo que pacientes con anorexia y bulimia. Lo que si vuelvo a destacar es ese gran desplazamiento entre los síntomas descriptos a fines del siglo XIX y los actuales. No te encontras con los mismos síntomas. Hay un gran crecimiento de la angustia y con mucho sufrimiento, efecto de la disolución de las instituciones. Hay mucho sufrimiento laboral como maltrato o no poder adaptarse a situaciones de cierta agresividad u hostilidad que hay en el interior de las instituciones. Esto también se da en la institución familiar que esta muy estallada: los divorcios, las infidelidades, la tenencia de los hijos, las adolescencias, los limites de los hijos. Todo esto que en otra época era parte del saber hacer de la cultura hoy se ha transformado en un trabajo que requiere del saber de los expertos, del trabajo analítico de las personas. Esto también dice de un problema cultural, de un problema simbólico. Hay cierta fragilidad subjetiva. Ante situaciones que en generaciones anteriores han sabido manejarse bien o mal, hoy los sujetos responden con impotencia, parálisis y angustia, no sabiendo resolverlos: la crianza de un hijo, la adolescencia, la rebeldía de un hijo, pone a la familia en un estado de crisis. Además, cada vez se ven más chicos en permanente estado de descontrol. Antes eran educaditos y si llegaban a un lugar donde la mamá les decía que se sentaran y se quedaran quietos los chicos lo hacían. Eso que se llamaba buena educación paso a ser algo muy represivo y terminó en muchos casos en una situación de descontrol que, a su vez, retorna en las escuelas como situaciones de violencia respecto de la maestra y la institución que no sabe que hacer con el chico.

Sería una cuestión de límites mínimos.

Exactamente. Esta subjetividad sin limites, esta cosa de no contención de las pulsiones, de si mismo, de las emociones, no contención de la ira, no contención cuando se frustra y debe renunciar a alguna satisfacción inmediata o tiene que enfrentarse a situaciones mas complejas en la vida, ahí aparece el síntoma.

Entonces los límites te los pone la vida.

Claro. Pero, a su vez, el sujeto no sabe como manejarlo.

¿Tenes ideas si en Estados Unidos, Europa o el resto de América Latina hay tanta angustia y tanta medicación como acá?

En los países donde está mas desarrollado el capitalismo se produce este aislamiento y un modo de relación, donde lo único que vale es la ganancia. De alguna manera en la sociedad moderna, el nicho del capitalismo, había una cantidad de ideales como el respeto, la igualdad y la fraternidad que eran los que ordenaban el mundo simbólico. Esos ideales se fueron perdiendo y la única satisfacción viene por el lado de los objetos y su consumo. Entonces, las satisfacciones que tenían que ver con un trabajo bien hecho, con un reconocimiento o con el amor pasan a ser reemplazados por relaciones más fetichizadas. Todo el avance de las practicas sadomasoquistas, de la sexualidad por Internet dicen de una mutación respecto de lo que satisfacía. Es decir, hay algo del orden de lo que encontraba satisfacción a través de un mundo simbólico imaginario, por la vía de la cultura, por la vía del orden sublimatorio, se va perdiendo y el sujeto queda cada vez mas en confrontación a lo descarnado del sistema capitalista, sin compromiso subjetivo en el bien común. Lo tuyo no se reduce a tu ropita, a tu casita y al autito. Es mucho más amplio que tu persona. Creo que el capitalismo nos ha ido aislando y encerrando en esta cápsula que ahora ya ni siquiera es el propio cuerpo. Es menos que eso.

¿Podríamos aspirar a un grado de plenitud existencial más real sin depender de una pastilla?

Eso depende de las personas y de los terapeutas. Cuando tengo que sugerir a un paciente que tome medicación, tiendo a pensarla como transitoria. Esto se da cuando hay algo del orden de la patología que no es reductible a la palabra o cuando ves que el sujeto esta tomado por una situación de un dolor insoportable que no nos va a permitir trabajar en lo inmediato y corremos riesgo de suicidio por eternizarnos en la situación en que se encuentra. En esos casos planteo la importancia de recurrir a un psiquiatra para que resuelva recomendar alguna medicación o no. Trabajo con psiquiatras con los que tengo un dialogo, porque dentro de ese campo hay psiquiatras y psiquiatras. Vamos viendo la evolución del caso y en que momento resulta oportuno iniciar un descenso hasta ver si hay posibilidades de quitar la medicación.

Entonces la cosa pasaría por recuperar la palabra y, a través de ella, recuperar las riendas de nuestra existencia.

Es exactamente eso. Se trata de recuperar las riendas de tu existencia. De alguna manera volverte capaz de soportar lo que nosotros llamamos la castración: tolerar que las cosas no salgan como esperas, que no sos lo que hubieras deseado, que las personas que amas tienen defectos, problemas, limitaciones. Y poder convivir con eso.

¿Subyace en esto alguna idea de perfección que no se cumple?

En general nosotros llamamos a eso la falta, la incompletud. Lo que Freud llamo la castración. Eso es lo que resulta intolerable para cada uno de los sujetos. No queremos que la gente amada se muera, se enferme, sea finita, sea falible. Entonces, frente a esas circunstancias, la resistencia a aceptar que las cosas sean de esa manera, lleva a producir síntomas o la dificultad de poder sostenerse frente a eso.
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¿Sabes cual sería la causa de los altos índices de suicidio en la provincia?


No se por qué en una provincia se produce mayor cantidad de suicidios que en otra. Lo que se es que está también muy asociado al desarrollo del capitalismo. Siempre me llamó la atención un texto de Guattari – “Verdades Nómades”- donde decía que con el avance del capitalismo lo que se espera es una epidemia de suicidios. Hablaba de epidemia en los años setenta. Me pareció muy extraño en ese momento. Pero cuando uno empieza a ver la realidad actual esto ya no es tan extraño. Bueno, volvemos al tema de la contención de lo simbólico: si no tenes un orden simbólico que te diga con mayor firmeza quien sos y qué tenes que hacer en la vida, el sentido de las cosas es un sentido muy débil. Por lo cual el sinsentido de la vida emerge con mucha fuerza. Soportar el sinsentido es muy duro, es prácticamente imposible. Hay un punto en donde no se soporta más, precisamente porque no tiene sentido vivir. Todo eso se convierte en un monto de sufrimiento insoportable y, si alguien no logra encarrilarlo, darle sentido, entonces la muerte aparece como una solución.

Tal vez dos o tres décadas atrás había una cosa como de militancia que le daba sentido a la vida. Hoy hemos perdido la posibilidad o la idea de juntarnos con otros para lograr algo.

Claro, exactamente. El sentido no te lo podes dar vos, el sentido te lo da el colectivo. Viste esas piedras que están en el norte de Inglaterra, que son como menhires, y fueron trasladadas durante siglos dando lugar a estos monumentos del Paleolítico, que demoraron cinco o seis generaciones en lograrlo. Imaginate seis generaciones. Desde antes de tu tatarabuelo ya estaban pensando en hacer este monumento. Una generación le pasa a la otra y esta a la siguiente el sentido de la realización de una obra arquitectónica. Ahora el sentido es efímero, solo importa lo que se consume hoy. Ni siquiera hay sentido del paso de una generación a otra en una empresa familiar. Menos en empresas sociales. Y el sentido de las vidas lo da el colectivo. Hoy nuestro colectivo da un sentido muy deshilvanado, muy deshilachado. Y por esos agujeros se cae la gente. Hoy existe una idea de que lo único que tiene sentido es acumular dinero. Esto ha llevado a una destrucción del sentido social. Por ejemplo, tu acto de estar acá hablando tiene sentido porque para vos la revista tiene sentido y los lectores permiten darle el valor suficiente de que vale la pena moverte, esforzarte, aunque no ganes un mango, aunque tengas que poner guita para que salga. En realidad, el sentido que te da la revista es mucho más importante que cualquier ganancia. El sentido es una cosa que pasa entre uno y otro. Debemos recuperar el sentido de la tarea que se esta realizando. Y, a la vez, para poder hacerlo, hay que embarcarse con otros.

jueves, 21 de abril de 2011

TESTIGO DESAPARECIDO

Los organismos de DDHH abajo firmantes nos sumamos a la denuncia por la desaparición de Víctor Martínez, testigo del asesinato del obispo Carlos Ponce de León en el año 1977, ocurrida el pasado lunes 18 de abril en la Ciudad de Buenos Aires, el mismo día en que se cumplió un nuevo aniversario de la desaparición de nuestro compañero Jorge Julio López. Nos solidarizamos con su familia y amigos.

Exigimos al gobierno nacional y al gobierno de la ciudad la inmediata difusión de su fotografía y que se implementen todas las medidas necesarias para su aparición con vida ya!

APARICIÓN CON VIDA YA! DE VÍCTOR MARTÍNEZ



Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos - AEDD

Asociación de Profesionales en Lucha – APEL

Comisión por los DDHH de Trenque Lauquen

Comité de Acción Jurídica - CAJ

Comité de Defensa de la Salud , la Ética y los Derechos Humanos - CODESEDH

H.I.J.O.S. Oeste

Instituto de de Relaciones Ecuménicas –IRE

Liga Argentina por los Derechos del Hombre - LADH

Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos - MEDH

Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad




Enviar adhesiones a laluvero@yahoo.com.ar



Reproducimos nota de Página 12:

Testigo desaparecido

Fuente: Página 12

Miércoles, 20 de abril de 2011


Víctor Martínez está desaparecido desde el lunes. Sus familiares presentaron un hábeas corpus. Es un testigo clave en el caso del obispo Carlos Ponce de León

Por Laura Vales

Víctor Martínez, testigo en la causa en la que se investiga la muerte del obispo Carlos Horacio Ponce de León, asesinado durante la dictadura en un accidente simulado, se encuentra desaparecido desde el lunes. Así lo denunciaron sus familiares, que presentaron un hábeas corpus. En el pedido de intervención a la Justicia advirtieron que Martínez había tenido años atrás amenazas de muerte. A las dos de la tarde del lunes salió de su casa, en la ciudad de Buenos Aires, para ir a una escribanía ubicada en el microcentro, a la que nunca llegó.

"Tenía después un turno con su terapeuta a las 17.30 y tampoco fue. Estamos preocupados", relató anoche la abogada Gabriela Scopel. Vestía camisa blanca, pantalón y zapatos negros y un pulóver oscuro. La letrada agregó que en los hospitales de la ciudad, tanto como en el SAME y en la Policía Federal dijeron no tener rastros de él.

Martínez era el único acompañante de Ponce de León cuando el 11 de julio de 1977 el obispo sufrió el accidente que le causó la muerte. Tenía entonces 19 años -hoy tiene 52- y estaba haciendo el servicio militar en la Prefectura Naval , donde estuvo secuestrado después del accidente.

Como obispo de la diócesis de San Nicolás, Ponce de León había acompañado a los trabajadores de Villa Constitución perseguidos por el terrorismo de Estado e intercedió por varios desaparecidos. Su muerte conmocionó a la zona por su similitud con la del obispo de La Rioja , Enrique Angelelli, que había ocurrido un año antes.

La investigación del asesinato fue reabierta luego de la anulación de las leyes de impunidad, pero se topó con continuos obstáculos en su avance. El principal investigado es el ex teniente coronel Manuel Fernando Saint Amant, jefe de la represión en la zona, hoy procesado (pero en libertad) en numerosas causas de desaparición de personas.

En el año 2008, el fiscal federal Juan Patricio Murray tuvo un fuerte cruce con el juez de la causa, Carlos Villafuerte Ruzo, cuando tras enterarse de que el cadáver del obispo había sido sacado de su tumba en la Catedral , pidió un análisis de ADN para certificar que el cuerpo dentro del ataúd no hubiera sido suplantado, pero se topó con una orden del juez suspendiendo la exhumación.

Martínez declaró en el expediente y fue acusado por falso testimonio y procesado. Por esto, inició una querella contra Villafuerte Ruzo. "A fines de diciembre presentamos una demanda por persecución religiosa contra el juez, en enero hicimos una presentación de juicio político en el Consejo de la Magistratura y el 24 de marzo, en el acto en la Plaza de Mayo, hubo un grupo que colgó una bandera con la consigna ‘juicio político al juez Villafuerte Ruzo'", reseñó la abogada Scopel.

El hábeas corpus fue presentado "en atención a las causas penales que lo tienen como víctima, testigo, denunciante y querellante", que son "eminentemente procesos en los que se investigan violaciones a los derechos humanos".

El testigo estaba recibiendo atención psicológica por estrés post traumático, después de la reapertura de las causas de San Nicolás. Sus familiares contaron que sufre de alta presión, pero controlada con medicamentos, y que también suele usar bastón por problemas en su columna.

Por las amenazas de muerte que recibió fue abierta una investigación en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, aunque el expediente fue cerrado el año pasado por falta de pruebas.

EQUIPO PORTAL WEB AEDD:
LIDIA FRANK-GUSTAVO CARBONELL
www.exdesaparecidos.org.ar
e mail: aedd@exdesaparecidos.org.ar

martes, 19 de abril de 2011

“EL ROCK NACIONAL LE HACE EL CALDO GORDO A LOS YANKYS”

CHARLA CON "PALO PANDOLFO, MÚSICO:
Por Osvaldo Quintana




Roberto Andrés Pandolfo no necesita demasiadas presentaciones: músico, poeta, alejado de las redes que buscan encasillarlo, ha transitado toda una vida con la cabeza abierta pese a que su historia se entremezcla con la de una generación nacida y crecida bajo un manto de feroz represión.
Protagonista de grupos míticos dentro del rock local como Don Cornelio y Los Visitantes, “Palo”, como todo el mundo lo conoce, es franco e impulsivo. Sonríe a cada rato. Se apasiona, habla con desparpajo. Anda por las calles bebiéndose la vida, componiendo y cantando, cosechando esas esperanzas que da el contacto diario con los otros, como si estos tiempos desapasionados le hubieran pasado por el costado.


“Cuando miro la cara del cielo, sonrisa de luna/
la fuerza de estar vivo, en este planeta de sueños cerrados/
y de fuego, se me mete en la sangre y transpiro” (“Trabajar”)

 
- ¿Que estas haciendo actualmente?-
En estos días he estado mezclando el audio para un show que grabe el año pasado en un teatro de Buenos Aires. Es como un DVD. Serán 12 temas y se va a poner a la venta por Faro Latino y por iTunes para el resto del mundo. Son muchos temas del disco Antojo, algunos de A través de los sueños, los dos discos que hice como solista y algún tema viejo de Los Visitantes. En ese show participó la agrupación de guitarras criollas, el cuarteto Garpamal, con un par de temas bien tangueros. Estoy tocando en Buenos Aires y el interior: Rafaela, Esperanza, General Pico, Santa Rosa. Hace dos semanas, toqué acá en el Teatro Ateneo y tengo todas las ganas de, para antes de fin de año, tener resuelto el lanzamiento de un disco con canciones nuevas. Espero que este DVD que se va a vender por Internet salga de acá a dos meses y el disco nuevo, si Dios quiere, para antes de fin de año.
¿Estás tocando con grupo o como solista?
Solo. Trabajo con un manager, un representante que también puede producir shows.
Estamos armándonos de a poquito una metodología de laburo. Trabajo con un manager, un representante que también puede producir shows. Mucho de lo que yo hice lo hice solo, muy independiente. Y lo más importante es ver como se edita el disco de canciones nuevas. Tengo 50 temas nuevos. Al disco irían catorce. La idea del DVD en vivo hace mucho que la tengo y me interesa mucho la historia de venderlo por Internet. Totalmente independiente. No necesitas a nadie. Lo haces, lo pones en Internet y vas para adelante. No andas esperando nada de nadie.”Hágalo usted mismo”.

“TODO ESE DINERO ES UN PODER DE FANTASIA/ DICHA Y ALEGRIA ESTAN EN OTRO LUGAR”

Alguna vez dijiste “Si ganara mucha plata mi concepto de la realidad se iría a la mierda”. ¿Que importancia tiene el dinero en tu vida y en tu creación?
Todo lo que uno dice está bien dentro de un contexto. Hoy la pregunta sería ¿como encarar el tema de la plata?, ¿que hacer con el hambre de los chicos?, ¿Como hacer que los hospitales funcionen mejor, que no haya tanta miseria y tanto hambre y enfermedades infantiles en Argentina? Uno es una pequeña célula pero hay una cuestión social urgente. Somos muchos y podríamos colaborar para que las cosas mejoren.
¿Qué pensas que podría hacerse desde tu lado?
Primero que nada: ver al otro. Ver al otro como a un hermano. Somos todos hermanos. Tratar de vivir en ese parámetro, viendo al otro como alguien necesario para mi desarrollo. Nadie se puede desarrollar a sí mismo sólo en una sociedad como esta. Necesitas hasta de aquel que para vos es lejano y de otra realidad social. M e parece que cada uno forma parte del tejido social y cualquier cosa que esté enferma o necesitada, uno también lo está. No podes vivir pensando “yo me las se todas y los demás no” porque evidentemente el pelotudo sos vos. La primera cosa que hay que hacer es ver al otro. Verlo. ¡Hola! Saludarlo. No tantas epopeyas sino un pequeño gesto y un acercamiento al otro. Creo que la mayoría de la gente es en sí solidaria, buena y tiene altos ideales. El problema es alguna minoría que esta para sacar su propio beneficio.
Al otro lo necesitas, incluso, para venderle algo, para comprarle algo, para que te arregle algo, para que fabrique algo. Es decir, el otro es un cliente potencial, digamos (ríe). Se necesita que todos estemos en un nivel interesante para que cualquier producto que uno haga, cualquier servicio, oficio o profesión tenga un destinatario. No es un amor, digamos, de santo. Mataría pensar en la vida de los santos que se sacrifican algo por el prójimo. No quiero pecar de naif…
Decir que querés a todo el mundo.
Claro, claro. No lo digo tanto por mí, es para la oligarquía también porque tienen poder para decidir que tipo de país armar, que producir. También a los empresarios de la patria financiera. Te estoy hablando en el sentido de decir: “bueno, el otro te conviene a vos como burguesía”. Creo que en el menemismo la burguesía argentina fue perdiendo todo poder, fue suicidándose. Eso es lo que sorprende: por qué no buscar un país de consumidores y trabajadores dignos que puedan activar el mercado interno. Es decir, un mercado interno fuerte, por ejemplo el tema de la carne, la exportación. Bueno, pero el mercado interno somos nosotros. ¿Qué pasa? ¿Por qué nos odiamos tanto? ¿Cómo no podemos defendernos un poco más a nosotros mismos? Ver que para los intereses de cualquiera el otro es importante aunque sea desde ese punto de vista. No te digo que lo hagas desde un punto de vista metafísico: que veas que cada uno tiene un espíritu de luz, que provenimos todos de un mismo padre (ríe). Yo hablaría en esos términos pero, como el mundo es tan pragmático, también es bueno decir algo desde el punto de vista materialista.

“CUIDADO CON LOS BASTARDOS/ BASTARDOS ORGANIZADOS/ ATENTI CON LOS MESTIZOS/ LOS MESTIZOS ALZADOS” 
Siempre has dicho que te gusta la política. ¿Cómo entendés la política hoy?
La política es siempre la misma. Me gusta esa definición que la coloca como el arte del diálogo. Ahora que los milicos están saltando ahí, boludeando, es interesante que puedan decir algo, que hablen, que hablemos entre todos, amen de que pueda haber diferencias terribles pero, bueno, apliquémonos en el diálogo, veamos las diferencias y aprendamos a convivir con ellas. Cada uno puede tener su propio pensamiento y merece respeto la vida, el pensamiento y la familia del otro. Evidentemente hay muchas diferencias entre todos pero, bueno, ¿Qué hay? ¿Te da miedo eso? (Ríe) ¿Te asusta la diferencia o estás fuerte con tu posición y podes compartirla aunque sea diferente o radicalmente opuesta a los demás. La política está para que podamos hablar de eso.
¿Ves que se está gestando una nueva política con nuevos actores a partir de los sucesos ocurridos en el 200l?
Evidentemente esa crisis, ese sacudón…
Digamos, desde los sectores populares ¿no?
Sí, desde la clase media que es el sector popular por excelencia. ¿Cuándo vos decís “popular” decís clase media o queres decir marginal, fuera del sistema?
Pienso en trabajadores de fábricas recuperadas, en el Mocase…
¡Clase media proletaria! Mira, comparado con otras épocas, veo muchas señales de un cierto despertar. Semejante cantidad de muertos en la dictadura no pueden ser en vano. Si bien el miedo y el terror están instalados, también lo está la idea de solidaridad que uno puede notar. Por ejemplo, todo lo que pasó con las asambleas populares. Ahí se vio al otro. Fue ver al otro en la calle (por lo menos en Buenos Aires), encontrarse con los demás, charlar, hablar de las cosas del barrio. Si bien se fueron diluyendo rápidamente y hubo reacción también por parte de los de siempre. Bueno, después de la fiesta menemista todo parece genial (ríe) por que ahí sí se dilapidaron fortunas, se cerraron fábricas y se engañó a la clase media burguesa. Quedaron patas para arriba. Porque al fin y al cabo la Alianza traer otra vez a Cavallo y él termina con el corralito (ríe) Fue truculento. Ahora hay como un discurso del gobierno que habla de los Derechos Humanos. En fin, tendrá sus pro y sus contras. Yo no soy kirschnerista. Aparte Duhalde y Kirschner, bueno, son producto de lo de siempre. Pero más allá del gobierno me parece que es como una guerra. Creo que el mundo se divide entre los que hacen un acuerdo con Estados Unidos y los que tratan de tener cierta personalidad y ver que es lo que realmente le conviene como país. En Argentina no sé que piensa la mayoría de la gente. A veces uno que se crió (yo nací en el 74) y en los setenta se escuchaba mucho “Ah, si es made in Usa es bueno”. Hay ciertas reverencias de la clase media a los estadounidenses. Si bien cualquiera que tenga más o menos ubicación en el mundo puede entender que la guerra contra Irak es una cosa más de barbarie que de democracia, me parece que, como en el caso de Chile (que tiene el tratado de libre comercio progresivo con Estados Unidos y gobiernos socialistas) hay como contradicciones. Pero algo resulta claro: el ser humano es contradictorio. Es luz y sombra. Es macho y hembra. Y hay algo de eso también en la política argentina.
¿Cuál es tu opinión respecto al gobierno de Kirschner?
Me parece que, dentro del Estado, hay un montón de gente interesante laburando. Creo que es menos corrupto el entorno. Comparado con el menemismo me parece un avance.
Con esa comparación todo es un avance.
Bueno, pero podría haber sido otra cosa. Podría haber vuelto Méndez. Y casi gana. O podría haber vuelto algo de derecha o ultraderecha. Yo no creo que este gobierno sea revolucionario ni mucho menos pero, de todas formas, me parece increíble que Hebe de Bonafini y Estela Carlotto, que estaban separadas hace mil años, estén juntas en un lugar. Yo soy muy amigo de Estela y tengo respeto por Hebe. Yo recuerdo a Hebe decir hace algunos años: ¡cómo las Abuelas aceptaron las indemnizaciones y nosotras…!” Pero, bueno, ahora están unidas. O sea yo (se ríe) me circunscribo a cosas bastante simples pero me parece que el tema del hambre de los niños no es algo que esté verdaderamente asumido. Las madres en Buenos Aires revolviendo la basura con niños en brazos. Falta algún gesto revolucionario (ríe). Igual hay que entender que somos Argentina y que hay mucha gente reaccionaria. Uno lee La Nación y, si ves la oposición a Kirschner directamente te haces kirschnerista; porque se oponen los ganaderos, la rancia oligarquía agroganadera, se opone la derecha pro gatillo fácil y mano dura. Decís, “bueno, si veo a la oposición directamente me hago kirschnerista”. Yo igual estoy tranquilo (se ríe) No me voy a hacer kirschnerista. Pero te digo una cosa: entre mis amigos, todos militantes o músicos, artistas, hay un montón de gente que ama mal a Kirschner. A mí me sorprende. No lo puedo creer a veces, pero bueno. Yo digo” guau, estemos alertas. Puede ser bueno”. ¿No sé si es claro lo que te digo?

“HAY UNA LUZ MOLESTANDO A LA OSCURIDAD/ HAY OJOS/ HAY CEREBRO/ HAY AIRE/ HAY HUMO”
¿Que rastros de la dictadura detectas en nosotros?

Creo que el terror está directamente dentro de nosotros. Hay cuarenta años de terror porque los que teníamos 15 en el 80, los que tenían 15 en el 90, también lo percibieron. El terror siguió, está ahí. Creo que eso nos inmoviliza un poco a nivel político. Hemos dejado la política en manos de transeros y no de la verdadera gente que quiere demostrarle al otro que vale para ellos. Bueno, me parece que ese terror todavía está instalado. Y ni hablar de la iglesia católica que se masacró a sí misma y no puede salir. No puede decir nada. Los milicos jamás pudieron reconocer o pedir perdón. O decir: “por Dios, nos equivocamos”. Me parece que los nazis se arrepintieron y de los milicos argentinos todavía nadie se arrepintió. Es muy común que en el lecho de muerte, asesinos nazis hayan pedido llorando por favor ser disculpados. Acá no se ha visto ningún milico pedir perdón por nada. Me parece que todavía falta curar esa gran herida abierta. No reconocen que se equivocaron, torturaron a mujeres embarazadas para luego sacarles el hijo. Encima lo niegan. Niegan que haya habido 30.000 desaparecidos. Es todavía un camino de ida.
Encima cobardes.
Me parece que sí: son re maricones. Una mariconada total. Y no tiene nada que ver con la homosexualidad. Esto es cobardía, mariconada. Son maricones. (ríe)
¿Qué recuerdos te quedan de esa militancia durante la dictadura?
Fue un aprendizaje de vida. Tenía 16 en el 81 cuando nos afiliamos. Éramos todos de la FEDE y un par de Franja (ríe). El comunismo era como un desafío total. Y lo pasaba un poco por la militancia en la secundaria como reabrir el Centro de Estudiantes cerrado por años. Yo ya tenía mi banda, tocaba, componía canciones. Uno de los primeros actos fueron recitales de música en el colegio. Pero también las pintadas a la noche con la dictadura en la calle. Era muy extremo. Lo que se llamaba “la escuelita” que eran como jornadas de adoctrinamiento masivo (ríe). Imaginate: andar por la calle te daba miedo, el sólo hecho de caminar con la facha que teníamos nosotros, golpear la puerta de un local del PC camuflado donde te observaban por una mirilla que tenía un agujero para sacar el rifle, era como una aventura. Y se aprendió mucho. Después participamos de la marcha contra la dictadura de antes de Malvinas y después ya, directamente, hubo una marcha multisectorial de todos los partidos políticos con miles de personas. Hubo una represión brutal. Nosotros estábamos ahí con las banderas enrollándolas bajo los gases lacrimógenos. Cantando el himno a los 17 años. Eran jornadas gloriosas (ríe) Y a la dictadura al final la terminamos tirando porque todos los partidos políticos estaban muy unidos. Era un enemigo tan claro. En fin, eran muchos partidos y mucha gente militando.
¿Cuál crees que es hoy el enemigo?
(Piensa) Desde que asumió la democracia con Alfonsín, lo primero que se le plantó en contra (porque los milicos se le plantaron pero casi, casi los pudo cambiar) fue la patria financiera, la patria especulativa. La patria financiera del dólar y de las privatizaciones. La nueva falacia del uno a uno, que generó tantas fábricas cerradas en la época de Martínez de Hoz y de Carlos Saúl Méndez que, al fin y al cabo, es un poco esa patria especulativa que se caga por completo en el otro, en miles y miles de obreros que quedaron sin laburo. El enemigo es también la lacra de la política, toda la corruptela, toda la transa de merca, de armas, de robos, de asesinatos, el tráfico de personas de las villas al suburbio para tener fuerzas de choque, fuerza electoral. Pero me parece que el verdadero padre del borrego es la patria financiera que, en vez de generar un país industrial con progreso, vías férreas, movimiento marino y pesquero, se dedican a importar pelotudeces de China. Esa tranza. ¿Viste?
Como Buenos Aires (se ríe). Buenos Aires es un poco un cáncer para la política porque es un puerto aduana que hace 500 años está canibalizandose a sí misma.

“CON UNA MISIÓN EN LA TIERRA NACEMOS TODOS/ A BUSCAR LUZ EN LA TIERRA TODOS NACEMOS”
Alguna vez dijiste “El poeta no debe ser un mero observador lucido sino un actor de su poesía”.

El que decía eso era Artaud (ríe). El verdadero precursor de quebrar el límite entre realidad y creación es él. Yo me hago eco de esas palabras. Creo que es imposible separarlas. El arte y la realidad son la misma cosa. El arte es parte de la realidad. Lo es en tanto y en cuanto estás vivo. Es real
porque lo hace la gente viva. Que cada uno saque lo que puede sacar para afuera.
¿Qué buscas transmitir en tus nuevas composiciones?
Hay que tener en cuenta que siempre, cuando uno ejecuta algo como por ejemplo una canción, no se propone tal o cual línea de creación. Más que nada uno trata de bucear y ver que sale. Una vez que sale, ahí si podes hacer un discurso. Yo hago lo que sale. ¡Que sea lo que Dios quiera! Después, bueno, puedo hablar y ver que hay. Todo lo que estoy componiendo últimamente tiene una impronta de amor (ríe). Vivo en el amor, tengo una beba maravillosa, una mujer divina. Me inspiran. Hay como mucho amor en las canciones del último año y medio o dos años. Bueno, yo siempre hablo de lo mismo en todas las épocas de mi vida: busco resaltar lo espiritual.
Has dicho que la poesía debería salir del papel. Eso lo pudiste concretar con Los Verbonautas.
Y también con la canción. Depende de como te parezca mirar vas a poder ver la revelación que está en tu nariz. La vida sería para aprender, para buscar la revelación. Igual la poesía en sí, como los poetas y eso, no deja de parecerme medio elitista. Cosas medio de solitario, de gente que no se abre mucho a los demás, de gente intelectual, de ¡poetas!, de críticos literarios. Es como medio opresivo. Me gustaría que la gente salga más a gritar su locura por las calles, que haya más gente loca en la calle y no en el manicomio.



“GRIS ATARDECER/ PASAN PUTAS, TIOS FLACOS/ EL SONIDO DEL VIENTO/ LA DISTANCIA DE TU CUERPO”

¿Cuál es tu mirada del llamado interior desde Buenos Aires?

Yo vivo enamorado del interior. Mi objetivo es irme de Buenos Aires. Vivir en Córdoba, en San Martín de los Andes, en Mendoza, un poco de montañas, ¿viste?
Seguís siendo medio hippie.
¿Yo? Sii (ríe). Claro. Escuché todo el rock desde el 67 en adelante. Tengo todo el rock nacional adentro más Zeppelín, Beatles, Floyd, y después vinieron todos los demás: Pistols. Fui hippie, punk. Hoy más que hippie me parece que soy latinoamericanista. Me gusta mucho todo lo que es la cultura natural de América, los pueblos aborígenes u originarios, la fuerza de la Pachamama, las hierbas curativas, el poder de las piedras, de la tierra. Me parece que hay mucha más mística, más metafísica, más espiritismo en los pueblos originarios que en el español con su magia negra inquisidora. Yo en todos los lugares del interior donde voy, francamente y sin demagogias, me siento como en casa, en cualquier lugar de Argentina. Puedo hablar con “¡eh, loco, cómo andas, culeao! (ríe) Es una cosa rara. Por ahí es mi carácter y tantos años de oficio. Soy abierto, no tengo pudor de hablar con el otro. Y si se enoja mala leche (ríe) No me asustan los enojos. A lo que voy es que me siento medio en casa en todos los lugares donde voy. Puedo entablar un diálogo con cualquiera en cualquier lugar. Es bastante interesante para mí. Ese sentido de pertenencia me da fuerzas, me da esperanzas.
¿Te seguís sintiendo parte del rock nacional?
(Ríe) Sí, para bien o para mal. Supongo que para bien. Lo que me molesta del rock nacional es esa palabra rock. Me gusta, más que nada, la música nacional argentina. Porque dentro de lo que hago hay muchas cosas que no son rock. En el primer disco de Almendra había cosas que no eran rock. Canciones como “Laura va” viene a ser un tango moderno en el 69. Hay más que rock en el rock nacional. Y aquel rock, de alguna manera, lo imita y le hace el caldo gordo a los yankis. A mí me interesa, más que nada, la onda raíz como la rioplatense o en tu caso la raíz del litoral: el chamamé. Las raíces que hay en el folklore de cada región. Y acá me parece que es para luchar por eso y no dormirse de tanto 4X4 y “somos tantos en el aguante y tanto rocanrol” porque con el rocanrol están pasándole por encima a familias irakies inocentes y matando gente a lo loco con bombas y armas pesadas. Escuchando rock en los auriculares bajan marines y revientan gente. Acá hay que ser un poco crítico del rock pero, desde el punto de vista de la geopolítica norteamericana: también fue para eso que el rock penetró en todo el mundo. El rock también es una música de victoria de los yankis. Igual creo que hay muchos chicos que están muy lejos de entender eso (ríe) En algún momento se van a dar cuenta. Creo que hay demasiado rock.
A eso lo tenés claro ahora.
No. Yo soy setentista, ¿entendes? Ya existían Arco Iris, Los Jaivas, la música folklórica. El rock fusión. El problema es que eso murió después. Fue muriendo en los 80 con lo “moderno” y en los 90 con “el aguante”.
Claro, pero con Don Cornelio no hacía precisamente folklore.
Don Cornelio era rock. Bueno, pero los 80 eran la onda de la modernidad, de ser punk, de ser moderno. La democracia, el destape, ¿Viste? Dijimos ¡basta! Basta de sufrir, vamos a divertirnos. Y fue una trampa. Caímos en una trampa bárbara. Pero yo siempre digo: “del rock me hago cargo”. En algún momento yo era el más rockero de todos los rockeros de acá, en el 88. ¡Éramos la banda que le gustaba a Luca!, ¿Entendés? Éramos verdaderamente los más extremos en muchos aspectos: estéticamente, en expresión. De llevar el arte a la realidad y la realidad al arte y todo mezclado y todo una locura. Y bueno, era “Don Cornelio Patria o muerte”. Era una cosa ultra rock.
“CADA PERSONA SE MIDE POR EL TAMAÑO DE SU CORAZON/ LA TIERRA NOS DICE QUE ES DE NADIE”
Ahora tus composiciones están más volcadas hacia lo rioplatense.

El material nuevo tiene rítmicas rioplatenses, ritmos de chacarera, vals, milonga, tango, candombe. Tengo un huayno, algún que otro ritmo más centroamericano. Pero todo es afro o algo que tenga que ver con lo aborigen. Y hay un montón de tangos. El disco todo es una oda a la música argentina popular aunque haya algunas baladas más beatlescas o temas de rock-tango. Pero va a ir como nunca creo antes en mi carrera lo rioplatense y lo argentino de raíz aunque mezclado con todas las cosas que yo he escuchado. La palabra que me gusta otra vez es fusión. Ya que se abrió el mundo a la globalización y por Internet tenemos acceso a todo, bueno, fusionemos. Pero igual creo que, lo verdaderamente valioso, es “pinta tu aldea” y la aldea suena, en mi caso, a tango, milonga, cumbia. Y también rocanrol. Pasa que lo que escucho hoy si no tiene algún tumbado o alguna negra con puntilla, me aburre. O si no tiene rítmicas rioplatenses, o de 6X8 o un huayno, un carnavalito (¡tan -chupin -chupan!) y la rítmica del 4X4 me aburre un poco. Me quema.
Tu viejo fue operario textil en una fábrica y se identificaba con el socialismo. A la distancia, ¿qué crees que te transmitió?
 
Algo muy fuerte como es la rectitud. Esa cosa de la honestidad…
Algo pasado de moda.
En la gente trabajadora que todavía puede mantener un trabajo esa rectitud es bastante común. Creo que el trabajador que hace con las manos es el único que puede entender la solidaridad verdaderamente aunque suene como ultra chapado a la antigua. Por otro lado está en lo que me diferencio de el. Nosotros fuimos ultra reprimidos. Todo era controlado, no se podía decir ni expresar nada. Yo hice lo contrario: siempre expreso todo lo que siento. Soy una máquina de sentir y de expresar. De mostrarme ridículo, alegre, vicioso, lo que sea. Y a eso le sumo la rectitud, los principios, lo que siento y respeto. Es como una mezcla de cosas.
¿Y que pensas transmitirle a tu hija hoy?
Más que nada, amor. Lo único que quiero es transmitir cariño a morir, que se sienta realmente querida, tocada, mimada, chupada, besada. Hacer rondas, jugar, bailar todo el tiempo, ayudarla a estudiar y bañarla. Es amor. Amor a morir.
(NOTA INCLUIDA EN REVISTA EL COLECTIVO Nª 11)

lunes, 18 de abril de 2011

CHARLA CON ALFREDO MOFFATT, PSICÓLOGO SOCIAL:

“SI NOS JUNTAMOS, PONEMOS EL CUERPO Y SE PRODUCE EL FUTURO”

POR GILDA GARCIA




“La muerte está tan lejos como grande sea mi proyecto”.
(ENRIQUE PICHÓN RIVIERE).


Arquitecto por mandato paterno y psicólogo social por vocación, discípulo de Pichón Riviere, autor de Psicoterapia del Oprimido y creador de diversas comunidades terapéuticas, Alfredo Moffatt ha demostrado a lo largo de casi cincuenta años que “sin plata y sin permiso se pueden hacer muchas cosas.”
Negado por la Academia por haberse especializado en pobreza, marginación y locura, dirige su Escuela de Psicología Nacional, en el barrio de Once, recorriendo, además, el resto del país y Latinoamérica dando innumerables cursos de Primeros Auxilios Psicológicos, porque, afirma, “ahora es el país el que se volvió pobre y loco y hay mucho dolor para curar.”
La siguiente charla se dio en el marco de un seminario sobre Terapia de Crisis organizado por La Secretaría de Lucha contra las adicciones de la Provincia de Entre Ríos, I.D.E.P.E.R (Instituto de Estudios Psicosociales de Entre Ríos) y la Dirección de Planificación de Desarrollo Territorial.



Perteneció a una familia inglesa acomodada que terminó en la pobreza, razón por la cual hoy dice sentirse igual de cómodo tanto en una villa como en la Sociedad Central de Arquitectos.
A raíz de una enfermedad padecida por su madre, pasó gran parte de su infancia en hogares de parientes o amigos de la familia, sin tener tiempo suficiente para acomodarse en ninguno. “No se puede negar lo que nos pasó. Por eso uno se dedica a trabajar en lo que le quedó sin resolver en la vida.”
Con 75 años y tres matrimonios en su haber, Moffatt confiesa tener una novia de 21: “Ella está llegando a la vida cuando yo me estoy yendo. Pero creo que igual me voy a volver a casar.”

¿Por qué eligió se psicólogo social?
Yo soy una especie de psiquiatra clandestino. La ventaja de ejercer ilegalmente es que podés ejercer muchas profesiones: psicólogo clínico, psiquiatra, sociólogo. Entonces ilegalmente podés todo, menos la arquitectura: si hago una casa se cae, pero si me dan un loco lo curo.
Ya desde joven venía por el lado de la desesperación. Empecé a trabajar en esto en el año 64, pero ya desde antes tenía el tema de la locura, aunque en forma más literaria. Eso es lo que después me vio Pichón (Riviere). Yo tenía mucha formación que traía del surrealismo, el arte y la locura. Voy a cumplir cincuenta años con la locura.
Primero empecé a trabajar en el hospicio, manicomio adentro, en la Peña Carlos Gardel. Antes de eso hice dos construcciones pequeñas en el medio del hospicio (Borda) con veinte psicóticos a los que transformé en albañiles. El trabajo los organizó en un grupo operativo. En eso Pichón me daba manija, me supervisaba. Entonces ahí estuve con los locos muchos años, hasta que tuve que salir, porque afuera están más locos que adentro. Hay mucho deterioro de los vínculos, mucha soledad, angustia y locura en ese afuera. Mucha violencia.

También estuvo trabajando en otros países.
Durante toda la dictadura trabajé en manicomios de Brasil, desde Pelotas hasta Manaos. Mis dos libros traducidos (Psicoterapia del Oprimido y Terapia de Crisis) eran bibliografía de los psiquiatras. Después acá, en el manicomio, trabajé en la Peña Carlos Gardel durante cuatro años. Más tarde tuve un consultorio con gente más bien de clase media. Cobraba 90 dólares la hora. Tuve de pacientes a gente que ahora está en lugares muy importantes. Pero me aburría. La gente de clase media – especialmente con algo de dinero – tiene una vida existencial muy pobre. Por ahí una paciente me decía “Estoy muy angustiada porque no me vino la mucama” o “Estoy muy angustiada porque a mi gatita le vino la menstruación y yo con mi maternidad…”. Boludeces así. Yo me dormía, pero pensaba: “90 dólares me vienen bien.” Después no aguanté más y me fui a grupos de riesgo. Con pibes de la calle fundé El Bancadero. Ya tiene 27 años y pasaron 40.000 pacientes por ahí. Después de la dictadura fundé la Peña Cooperanza, una comunidad de la que después salió la radio La Colifata con Alfredo Olivera. Y entonces ya me chupó el tema de la escuela, trabajando mucho con docentes en primeros auxilios psicológicos. Y ahí voy por toda Latinoamérica trabajando con Terapia de Crisis. Tuve que dejar lo que más me gustaba que eran las psicosis. Son mucho más literarias que las crisis, que son momentos de mucho deterioro y angustia. En cambio la psicosis tiene una riqueza cercana al arte.

Me llamó mucho la atención lo que dijo acerca de que si hace una casa se viene abajo, pero si le dan un loco lo cura. No muchos profesionales pueden tener esa certeza.
Es que no se ocupan de la locura. Freud nunca vio un loco de cerca. Lo que trabajó fue la neurosis que, a principios del siglo pasado y en una sociedad absolutamente burguesa donde estaba reprimida la sexualidad, era lo que abundaba. Por eso había histeria. Pero ahora lo que está reprimido no es la sexualidad sino la incertidumbre de un futuro. Lo que hay son problemas de identidad: “Yo no sé qué mierda voy a hacer en este mundo”. No hay proyectos. Y si no hay proyectos no hay identidad. Pichón ya había hecho la apertura hacia una fundamentación existencial. Freud es lo bíblico, talmúdico, la castración, el pasado, la culpa y el superyó. Son todas categorías absolutamente burguesas. Pero si vamos a trabajar en medio de la crisis tenemos que buscar otras categorías que puedan responder qué sentido tiene mi vida como proyecto, como vínculo con el otro. Yo soy la mirada del otro. El Da Sein que es el “ser ahí”, estar arrojado al futuro. Somos sujetos del futuro, no del pasado. Entonces cambió toda la metodología, basándose en algo casi opuesto al psicoanálisis. El psicoanálisis sirvió como cambio epistemológico de tipo copernicano donde de golpe cambia todo, donde el sol no giraba alrededor de la tierra sino la tierra alrededor del sol. Por eso fue importante. Entonces, trabajando y trabajando este tema, desarrollé unos supuestos teóricos que dan lugar a esquemas operacionales muy eficientes para el vacío existencial que viene de la soledad, que lleva a la droga, con consecuencias del anonimato. Trabajando en el manicomio de Nueva York supe lo que era la soledad. Una sociedad de 10 millones de personas que están solas y amontonadas. Pero después nos agarró a nosotros. Somos tan estúpidos que copiamos lo peor: el anonimato, la soledad.

¿Qué genera esta soledad que padecemos actualmente?
La desaparición del yo. Si estoy solo no sé quién soy, porque soy en relación con una contradicción con el otro. Se que soy hombre porque hay mujeres. Si todos fuésemos hombres no sería yo. Entonces, la relación con ese otro te da identidad por la confrontación. Y la confrontación es lo que permite el tiempo, porque el tiempo es resultado de una confrontación con el otro que me da una historia. En Biología hay una frase que dice que “El organismo que no está en conflicto con el medio, está muerto”. O sea que la vida es conflicto y la resolución de ese conflicto se da así: un hombre y una mujer son el primer conflicto, porque toda la tensión erótica hace que haya un conflicto. Por suerte, generalmente termina bien, en la cama, con buen orgasmo, y el conflicto se resolvió. Pero es conflicto.

“VENIMOS DE GENTE DESTERRADA”



Alguna vez le oí decir que usted se dedicaba a recomponer vidas rotas.
Sí, arreglo vidas rotas. Pero acá es necesario decir que no hay sujetos, hay historias. No hay una conciencia. Yo soy mis circunstancias más lo que quiero hacer con mi vida. Soy una historia, pero tengo la libertad de decidir qué hago, si sigo o modifico eso. Puedo decidirlo. El que no puede hacerlo, necesita a alguien que lo ayude en esa decisión y se llama terapeuta.
Uno que viene depresivo tiene que aceptar que una parte importante son los que no están. Pero si lo elabora, se despide de ellos, los mete adentro, aunque puede adquirir otros vínculos que también sean un poco depresivos. Una persona es depresiva porque está atada al pasado, vive de fantasmas. Pero esto sucede porque no se pudo despedir, no hizo el duelo. El fantasma está vivo, entonces cuesta en el imaginario. Está abrazada a él. Lo que hay que hacer es meter ese fantasma adentro. Y es así, lo que nosotros podemos hacer es aliviar los síntomas.

¿No le genera cansancio la multiplicación de vidas rotas que arroja este presente?
Sí, hemos empeorado mucho. Este sistema de capitalismo salvaje concentra la riqueza en muy pocas personas y deja en la indefensión, en la pobreza y el hambre a un sector enorme. Y la tecnología ayuda mucho para que esto suceda. Por ejemplo, un hacendado que tenía 50 peones compra una máquina que trabaja por 48 y hay dos que manejan la máquina. Entonces él se agarra toda la ganancia. Pero ¿quién construyó la máquina? Todos los otros obreros a quienes también les hicieron lo mismo. Así se va concentrando el capital y, por otro lado, va quedando el sector reserva que trabaja por dos pesos. Trabaja para comer. Y para no quedar en el vacío.
En la Argentina esto no era así. Hay un deterioro muy grande. Además, la desocupación rompió la familia. No hay grupo de pertenencia continua. En la familia vos tenés un lugar de protección psicológica que banca los cambios de la vida, banca tus pérdidas, te reconoce. La familia chiquita no logra hacerlo. Antes, en las familias grandes, tenías los abuelos, las tías. No había psicólogos profesionales porque era esa familia la que contenía.

La familia se hacía cargo de esa soledad existencial de la que hablábamos antes.
No había soledad. En cambio ahora prendés la televisión y ¡cagaste!, porque cuando la apagás te deja más solo que antes. Me pregunto ¿qué nos ha pasado? ¿Qué nos han hecho a los argentinos? Recorriendo Latinoamérica veo que ningún país hizo los deberes tan bien como nosotros. No sé qué mierda tenemos nosotros. Creo que es algo tanguero que tiene que ver con el fracaso. Habiendo tanto psicoanálisis y anda todo el mundo loco. En el tango la mina no vuelve. Es así. Lo que tienen en común el psicoanálisis y el tango es que son dos duelos interminables. Ahora, es el sistema el que está mal porque ¿qué hago hablando del pasado? En cambio, si nos juntamos, ponemos el cuerpo y se produce un futuro. Y el futuro puede ser cambiar a los que están arriba. Así que habría que juntarse. Lo que pasa es que la gente se junta cuando la situación es muy, muy desesperante. Ahí se arma la podrida.
Pero esa unión dura poco y a lo sumo quedan algunos grupos aislados que siguen trabajando.
Sí, acá la historia es así. Pero si vas a Brasil, que está acá al lado, hay un sentimiento de nacionalidad impresionante. El último ratón te dice: “Eu sou brasileiro”. En cambio, acá te dicen “Yo, argentino”. No sale del yo. No se compromete.
¿Por qué cree que se da esta situación?
He tratado de ver de dónde salió eso. Puede ser el Proceso militar. No sé. Acá, la Argentina no existe. Porque los que vinieron se quedaron en Buenos Aires, que es el patio trasero de Europa. No entraron al país. No conocieron a sus habitantes. Después está el hecho de que nos consideramos europeos. Pero estamos lejos de Europa. Nuestros abuelos y bisabuelos europeos venían a “Hacer la América” y quedaron atrapados en los conventillos, en la pobreza. No había tierras. Entonces ellos nunca fueron inmigrantes, fueron desterrados. O sea que venimos de gente desterrada. Y creo que el tango tiene algo que ver. Pichón era médico personal de Discépolo que le batía el secreto del tango. Entonces hay una idea de abandono y pérdida no resuelta. También está el tema de la geografía. Vos vas a Colombia, por ejemplo, y no te podés deprimir. Te cae un mono de arriba, está lleno de cosas, subís y bajás. Es una cosa impresionante, donde la vegetación es lujuriosa. En cambio acá te deprime tanta pampa húmeda. Es para matarse. Sí, estamos desterrados, no conquistamos la tierra. Fijate que el escudo de la ciudad de Buenos Aires son dos barcos. ¡Es una cosa de locos! Aunque tal vez sea lógico si su población está en un puerto.

“APAGAMOS EL TELEVISOR Y NO HAY NADIE”

En el país y, específicamente, en esta provincia, se registran muchos casos de suicidios…
Se suicida el que no puede hablar, el que no puede contar. Por eso nunca hay que decir “No te matés” sino “¿Por qué te querés matar?” Cuando el tipo comienza a contar las razones que lo llevaron a eso, la cosa cambia. El “No te matés” es otra vez “No”. Yo me mato porque todos me dicen que no.
O sea que si una persona comienza a hablar, a recuperar la palabra, no se suicida.
No se suicida, no se droga y no ejerce la violencia. Porque la violencia es un sustituto de la comunicación. Si yo no te puedo besar, te voy a pegar. Entonces vos me devolvés la trompada y yo existo.
Ahora estoy trabajando sobre el concepto de soledad. Encuentro que hay tres tipos de soledad: la soledad urbana, la soledad psicológica y la soledad necesaria que es la soledad existencial que te permite tener un diálogo con vos mismo. Un diálogo interno que es lo que te permite sobrevivir a las otras dos soledades. El que tiene algo para adentro, sobrevive. El adicto, por ejemplo, no tiene ese diálogo interno, no le fue enseñada esa comunicación. No le permitieron esto.
¿Cómo se manifiesta la segunda soledad, la psicológica?
Es la soledad de los golpes que te da la vida: se te muere alguien, te separás, te cortás una pierna. Hay un montón de cosas que te pueden pasar. Es la elaboración del duelo. Mientras no hacés el duelo hay soledad. El duelo quiere decir que la otra persona, la que se perdió, no se perdió porque está dentro tuyo como historia. Porque el que muere no es un cuerpo, es una historia. Entonces vos recordás todo esa historia, la metés adentro y esa persona sigue existiendo dentro tuyo.
Dicen que el hombre es el único animal que sabe que se va a morir, el único que tiene conciencia de su propia finitud dentro de un universo infinito. ¿Cómo puede hacer para manejar semejante angustia?
Esa es la condena por inventar la historia. Cuando inventamos el tiempo, inventamos la muerte.

Pero antes había más contención. ¿Quién nos sostiene ahora que la sociedad de consumo nos dejó aislados y en caída libre?
Vos morís realmente cuando muere la última persona que te conoció. En una familia grande vos morís, pero quedás vivo en la memoria de los demás. Por eso si son dos o tres es más difícil.
Estamos jodidos.
No. Se tapa. Lo que no se resuelve, se tapa: drogas ilegales, drogas .legales, soledad y, especialmente, el intento del mundo virtual a través de todas las formas electrónicas. Son delirios compartidos. Vos estás chateando en Internet y te levantás una rubiecita holandesa que, en realidad, resultó ser un travesti de El Congo. Es todo virtual. Tenés
cibersex. Antes le llamábamos masturbación. Es la paja. Esta es la realidad. Y esto es la soledad.
Nos aleja un poquito de la angustia pero no la resuelve.
No, porque es como una droga que te genera una ilusión. No hace daños neuronales pero te genera un mundo irreal. El canal Discovery te dice que estuviste viajando qué se yo por dónde, pero no sacaste el culo de la silla. No viajaste un carajo. Es solo una salida a la soledad. Nos mete más en ella. Apagamos el televisor y no hay nadie.

“SOY UNA ESPECIE DE PSIQUIATRA CLANDESTINO”

¿Cuál es su actual relación con la Academia?
Me echaron del mundo académico. En realidad, no me dejaron entrar. Recién ahora vinieron un montón de alumnos de la UBA y me han dado una cátedra libre. Entramos al estilo manicomio, a trabajar desde adentro, denunciando todo. Es como una Sierra Maestra pero de la psicología. Yo me siento Fidel sentado ahí y les digo: “Muchachos, la facultad les enseña a masturbarse con los libros y yo lo que quiero es que aprendan a coger con la realidad, porque con la masturbación se producen debilidad y ojeras, en cambio, cogiendo se conoce mucha gente y puede producirse vida”. Y es la verdad, porque el mundo académico te encierra. Pero los pibes se dan cuenta de esto porque viven la violencia, la soledad, la locura.
Yo no pertenezco a ningún partido. Eso me permite decir cosas que tal vez otros no pueden. No es que soy muy inteligente. En realidad, no tengo compromisos. Puedo decir lo que quiero porque no me encuadro en un partido. Sí tengo ideología: yo soy peronista. Pero no lo elegí al peronismo. Me lo contagié en la villa. ¿Qué me iba contagiar? ¿La democracia cristiana?

¿Por qué cree que la Academia le teme al punto de dejarlo afuera o negarlo? No, más bien me consideran un moscardón. No me tenían miedo, pero ahora sí porque de pronto el tema mío creció mucho. Entonces ahora es necesario hablar de eso. Pero me tuve que chupar desde el Proceso treinta y tres años de no ser convocado. Lo que pasa es que cuando vos hablás de la realidad y los otros la niegan, te desconocen.

- ¿Alguna vez se arrepintió de haber elegido este camino? -No. No, porque me siento más vivo. Los ricos y sanos me aburren. En cambio los locos y pobres no te dejan aburrir. Uno se cuelga de la cornisa, otro está… Desgraciadamente estoy un poco solo. No hay ningún otro psicólogo pelotudo que se dedique a los pobres y a los locos. Es así.
Yo no soy psicólogo. ¡Bah! En realidad, no estudié psicología en la facultad. ¿Qué iba a estudiar ahí? Por eso, como te decía antes, soy una especie de psiquiatra clandestino. Y si por cosas como estas me llega a quedar algún antecedente penal, les voy a contestar – como Fidel – que la historia me absolverá.

FOTOS: www.moffatt.org.ar

miércoles, 13 de abril de 2011

¡URGENTE! ¡¡ MILITANTES “K” Y CAMIONEROS IMPIDEN LA SALIDA DE EL COLECTIVO!!


No, mentira. No está en peligro la libertad de expresión. Quedense tranquilos. Era simplemente para llamar la atención y contarle que la revista está en imprenta y a punto de salir, por fin!!
Les adelantamos el contenido del número 32, esperando sea de su ag ...rado y se suscriban. Tomamos nota de los pedidos.
EL MONOCULTIVO Y SUS CONSECUENCIAS SOCIALES:
DAÑOS COLATERALES
ESCRIBEN: DANIEL TIRSO FIOROTTO Y DARÍO GIANFELICCI.
ENTREVISTA A UNA FAMILIA VÍCTIMA DE LA FUMIGACIÓN.
- DOSSIER ESPECIAL: ZURDO MARTINEZ. “EL RÍO YA NO CANTA” Testimonios y textos: Tirso Fiorotto, Juan Manuel Alfaro, Luís Cosita Romero, Jorge Fandermole, Juan Falú, El Colectivo. Fotos: Santiago Fiorotto.
- REPORTAJE EXCLUSIVO AL EX FISCAL JULIO CESAR STRASSERA. “EL GOBIERNO DESCONOCE EL JUICIO A LAS JUNTAS PORQUE NO PUEDE APROPIARSE DE ÉL”
- LA FALSIFICACIÓN DE NUESTRA HISTORIA (Desde la casita de Tucumán hasta el modelo de los Kirchner) Por Julio Majul.
- ARTHUR en: “AUTOAYUDA” por Maxi Sanguinetti.
- MOBBING Por la Dra. Beatriz Vecchio
- HISTORIETA ECOLÓGICA por Gabi Rubi.
- LOS TIGRES. Por Francisco Heredia.
- CUENTOS ABIERTOS: “La última sonrisa” por Gustavo Piérola.
- CIRCULANDO POR LA RED: HOY Revista Rio Bravo. Escriben: Ignacio González Lowy y Claudio Puntel.
- PALABRAS EN EL MUNDO Por Gabriel Impaglione.

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martes, 12 de abril de 2011

ORGANIZACIONES DE AGRICULTORES ORGANICOS DEMANDAN A MONSANTO POR CONTAMINACION TRANSGÉNICA


Las organizaciones demandantes representan a alrededor de 270.000 personas, y buscan demostrar que el fundamento legal para las patentes de Monsanto está equivocado, dado que los transgénicos que ésta fabrica producen probados efectos negativos sobre la economía y sobre la salud humana.

Varias organizaciones de agricultores vinculados con la producción orgánica presentaron esta semana una demanda contra la gigante del agronegocio Monsanto, en una corte de la ciudad estadounidense de Nueva York. Según la fundación que lleva adelante el caso, Public Patent Foundation (PUBPAT), la demanda busca terminar con las acciones legales que la empresa emprende frecuentemente contra productores cuyos territorios han sido contaminados con las semillas transgénicas que ésta elabora.

Las organizaciones demandantes representan a alrededor de 270.000 personas, y buscan demostrar que el fundamento legal para las patentes de Monsanto está equivocado, dado que los transgénicos que ésta fabrica producen probados efectos negativos sobre la economía y sobre la salud humana.

"Este caso se pregunta si Monsanto tiene el derecho de demandar a los agricultores orgánicos por infracción de patente si las semillas transgénicas de Monsanto aterrizan en su propiedad", señaló Dan Ravicher, director de PUBPAT, en un comunicado publicado ayer por dicha fundación. “Resulta bastante perverso que un agricultor orgánico contaminado por semillas transgénicas sea acusado de infringir una patente, pero Monsanto ha hecho estas acusaciones en el pasado y es famosa por haber demandado a cientos de agricultores”, agregó.

A su vez, el representante legal consideró que la historia ha demostrado que las semillas transgénicas no pueden coexistir con las orgánicas, lo que según éste, está en sintonía con los intereses de la gigante del agronegocio, que busca eliminar a la producción tradicional para tener el monopolio sobre el suministro de los alimentos.

De hecho, entre estas evidencias históricas puede citarse la contaminación transgénica sobre la canola orgánica en Estados Unidos, que llevó prácticamente a su extinción. Asimismo, otros cultivos orgánicos, como la alfalfa y el algodón, también se encuentran amenazados por el avance de los transgénicos.

“Debemos proteger nuestro mundo defendiendo nuestra soberanía sobre las semillas, que es nuestro recurso más precioso y sagrado”, dijo una de las demandantes, Rose Marie Burroughs, integrante de California Cloverleaf Farms. “El pueblo debe tener el derecho a los recursos de la tierra para su subsistencia”, sentenció.

Por su parte, la empresa no respondió de forma oficial a la demanda en su página web, aunque sí apareció una respuesta en su blog, “Beyond the rows”, en donde se indica que las acusaciones son falsas y se cataloga al procedimiento como “un ardid publicitario” que busca generar confusión sobre la agricultura en Estados Unidos. FUENTE: www.ecoportal.net

Radio Mundo Real
www.radiomundoreal.fm

viernes, 8 de abril de 2011

“A ESTOS HAY QUE PARARLOS”

ENTREVISTA CON JULIO ARIZA, PEQUEÑO PRODUCTOR
Por Gilda García y Osvaldo Quintana

Supo existir un tiempo en que la gente emigraba al campo buscando la tierra prometida, lejos de una ciudad alienante, soñando con hallar paz, tranquilidad y una vida más saludable. Irse al campo era sinónimo de vuelta a la naturaleza, significaba comenzar nuevamente con otra perspectiva. Algo así debe haber imaginado la familia Ariza cuando 18 años atrás, decidían hacer una elección de vida y trasladarse a una zona rural, en las cercanías de San Benito. Un tiempo antes de que irrumpiría en el país la llamada” fiebre sojera”.



La vivienda de los Ariza se encuentra por el kilómetro 400 en la zona rural de San Benito Sur. Unas quince hectáreas situadas a seis kilómetros de la ciudad de Oro Verde. Por un camino de tierra, luego de atravesar campos y más campos bajo un sol impiadoso, divisamos la señal de la que nos habían hablado: una cabeza de vaca apoyada junto a la tranquera.
“Hubieran preguntado por el loco que pegó un tiro y enseguida los orientaban”, dice al recibirnos Alicia Franco de Ariza. El “loco” en cuestión no es otro que Julio, su esposo, dueño de una reciente notoriedad tras haberle disparado a un mosquito que fumigaba al lado de su vivienda.
La cocina-comedor es amplia, la mesa, alrededor de donde nos sentamos, está cubierta de hojas con apuntes y algunos cuadernos. Alicia prende un viejo ventilador mientras pide que disimulemos el desorden. El marido junto a su hijo de 24 años y estudiante de agronomía, está al llegar. Mientras prepara el mate, nos cuenta que son novios desde que tenía catorce años, que es jubilada docente, que vivieron mucho tiempo en Paraná donde ella daba clases mientras su marido trabajaba de empleado bancario.

Sin estudios propios sobre sus efectos en seres humanos y el medio ambiente y con una velocidad digna de mejor causa, hace exactamente quince años, el gobierno nacional firmaba la resolución 167 autorizando la producción y comercialización de soja transgénica, con uso de glifosato. El documento dejaba al descubierto que solo se habían tenido en cuenta los estudios de una de las partes interesadas: la multinacional Monsanto.

Con las primeras fumigaciones aéreas en la zona, cada vez más constantes catorce años atrás, muchos vecinos comenzaron a sentir un olor que no lograban definir. El tiempo los llevó a atar cabos, pero ninguno sabía hasta entonces que aquello que caía del cielo, sin discriminar sembrados y poblaciones, era tóxico. “La gente de campo, los productores chiquitos, no saben nada de leyes- afirma Alicia- . Nosotros tomamos conciencia recién durante los cortes de ruta, cuando la presidenta dijo que el glifosato era tóxico”.

En el último tiempo Alicia bajó 18 kilos. Tiene anemia, glóbulos rojos bajos y blancos altos, algo llamativo ya que proviene de una familia de contextura más bien robusta. Sospecha que las fumigaciones no son ajenas a lo que le pasa. Relata con preocupación que le pidió al médico un análisis toxicológico. Allí se enteró que éste solo puede hacerse con una orden judicial. “Sé que todos vamos a morir. Es inevitable, pero yo no quiero sufrir”. La conversación queda flotando sobre un incómodo silencio interrumpido por el ladrido de los perros y el ruido de la camioneta acercándose.



Julio Ariza cuenta hoy con 66 años. Cuando vivía en Paraná se encargaba de hacer remates, entre muchas otras actividades. “Soy jubilado, tengo una miocardiopatia de riesgo, aparte soy epiléptico. Los nervios me descontrolan el corazón”. Al cumplir los 18 años le descubren un pequeño tumor en el parietal izquierdo. El médico le aconseja por entonces buscar un equilibrio, hacer algún deporte o recreación. O sino irse al campo. “Tardé cincuenta años en poder venir .Existen cincuenta años de razones para estar acá”.
El pequeño productor es metódico y locuaz al momento de narrar lo ocurrido. Lleva algunos apuntes en unos papeles que saca del bolsillo. Nos alcanza unas revistas que trae del pueblo. Señala una foto. “Así fumiga el INTA, ¿ven?, se ponen ese traje y fumigan, porque eso es veneno”.

Cuando se mudaron, allá por el año 1993, el sueño de los Ariza parecía haberse convertido en realidad: a metros de su vivienda existía un monte de diez hectáreas junto a un tajamar. El monte nativo tenía infinidad de especies: aromitos, espinillos, ñandubay, algunos algarrobos. La fauna era impresionante. Desde conejos hasta caranchos. Encendían la luz y encontraban diez sapos en el patio. Tardaron en habituarse al ruido ensordecedor de miles de ranas. Al tiempo les costó acostumbrarse al silencio. “Este año no vimos ni un sapo- relatan- ranas tampoco se ven más”.



Mediante un crédito del plan social agropecuario, la familia puso un criadero de chanchos. Tiempo después incorporaron un gallinero con pollos de campo. Todo iba bien hasta que, a los pocos años, el monte vecino se vendió. Después, la historia repetida: el nuevo dueño arrasó con monte y tajamar y los cubrió de soja. Al tiempo fumigó. Allí comenzaron los problemas: las chanchas empezaron a abortar, quedaron infértiles y se perdieron 30 lechones. La piara, que había sido construida cuando allí todo era monte, ahora tenía un sojal a cero metros del alambrado.

Después de algunas averiguaciones buscando las causas de lo sucedido, los Ariza llegaron a una conclusión: se trataba del glifosato. Cuando Julio le dio a conocer sus sospechas, que por aquel entonces ya eran certezas, Sergio Plez, el vecino en cuestión, le dijo muy suelto de cuerpo: “¿Sabes lo que pasó? La última vez el mosquito tenía que venir un día y vino al otro, había viento norte, pero le pedí que fumigue igual”.
Al poco tiempo, abortó también la chancha que había criado su hijo. Un aborto placentario. Así, mientras el vecino continuaba fumigando incumpliendo la ley, el pequeño productor efectuaba tres exposiciones ante la policía y una ante el juzgado de faltas de la Municipalidad. Hasta que el jefe de Policía le dijo, “no más exposiciones, acá la denuncia”. Y la denuncia fue a parar al juzgado de instrucción de la doctora Barbagelata.
“A partir de la tercera chancha que abortó y murió, Plez dejo de hablarnos- Sigue relatando Ariza- Lo llamábamos por teléfono y no atendía. Yo pensé: nos está agarrando de estúpidos. La primera vez hice la denuncia, la segunda una advertencia, a la tercera tiro. Y a la tercera tiré”.



Ese martes, como todas las mañanas, Julio estaba mateando en la cocina cuando, de pronto, escuchó un ruido. La esposa dormía y su hijo no estaba. Entonces salió de la casa y vio el mosquito. “Es la tercera –pensó- a este tengo que pararlo”. Dice que tiró de lejos, para asustarlo “¡que susto se pegó el tipo! Se bajó, me gritó. Era un empleado, un contratista que está obligado a saber que el viento llega en segundos hasta casa transportando el veneno. Cuando fumigas no debe haber viento. Me estaba matando a los animales, a mi mujer, a mí”. Al rato llegó la policía, luego el secretario del juez. Ahí fue cuando una justicia renga y sorda transformó a la víctima en victimario.
“Como no soy delincuente, dejé la escopeta acá nomas. Vino el fiscal y me las llevaron todas. Pero esto tomó un estado público que nunca imaginé. De las armas que encontraron, solo una de ellas funcionaba. “La escopeta era de mi padre y, como soy el hermano mayor varón, me traje todo. Una era de mi abuelo, que iba heredando el mayor de los varones. Ese sí mató gente en 1908 en Cuba. Tiene antecedentes”, dice con sonrisa pícara. Después agrega: “me han dicho que el abuelo debe de estar orgulloso”.

Debido a la multiplicidad de denuncias de vecinos y organizaciones ambientales sobre el efecto nocivo de agroquímicos.en enero de 2009 la presidenta Cristina Kirchner se vio obligada a firmar un decreto mediante el cual creó la Comisión Nacional de Investigación sobre Agroquímicos. El informe preliminar de la supuesta investigación arrojó dos conclusiones que parecen una verdadera tomadura de pelo.
La primera dice que “bajo condiciones de uso responsable, el glifosato y sus formulados no implicarían riesgo para la salud humana o el ambiente”; la segunda, que “en Argentina no existen suficientes datos sobre los efectos del glifosato en la salud humana, por lo cual sería importante promover la realización de los estudios permanentes”. La conclusión que no se dice pero que trasunta el “informe” es muy clara: el Gobierno Nacional no tiene ninguna intención de realizar una investigación seria sobre el tema.


“…nos han robado/hasta la sonrisa. /Porque algunos pocos/que el alma perdieron, /nos están matando/y matan el suelo”. Todo lo que me pasa lo escribo, dice Alicia, es mi cable a tierra, mis cuadernos están lleno de poesías, tengo anotaciones de distintos casos parecidos al nuestro, donde pasó esto o donde pasó lo otro. Esto es como la fiebre de oro que veíamos en las películas. Solo que hoy es fiebre de soja. No piensan que sus hijos van a ser infértiles, que sus hijas pueden abortar. Nosotros tampoco sabíamos que existía una ley que protegía al monte nativo. En cambio hoy estamos hechos unos doctores”, bromea. Aunque sabe bien que todo lo sucedido ha dejado secuelas en la salud del grupo familiar, tanto que a Alicia le cuesta recordar ese tiempo donde aquello era algo lejano que le sucedía a otros y le cuesta borrar de su memoria esa profunda sensación de desamparo, cuando la policía irrumpía en su domicilio. “No apareció nadie. Ni el intendente, ni algún representante de la iglesia o del centro de salud. Y todo esto sucedió porque él fue a denunciar. Acá se han tiroteado, han roto mosquitos, han muerto animales, pero nadie denuncia, ni el dueño de los animales ni el dueño del mosquito, porque todos están en infracción”. “Parece mentira pero la angurria los enceguece- agrega enojado Ariza haciendo un gesto de fastidio- El médico me dice que debo estar tranquilo y este vecino me desarregla el corazón”.
Sin embargo el pequeño productor, actualmente procesado por presunto abuso de armas, considera que es necesario estudiar y juntarse para que estas cosas dejen de suceder: “No hagan lo que hice yo: empezar a estudiar esto cuando te pasa, porque ya es tarde. Todos debemos involucrarnos en lo que es la tierra, el agua, el aire. Estaría bueno lograr de a poco denuncias más colectivas. De lo contrario vamos a quedarnos sin nada. Porque hay otra forma de producir comida. Sucede que es más trabajo y más gasto. Y los ingenieros agrónomos tienen el veneno en la cabeza”.


En distintos ámbitos se escucha que la sociedad señala, critica y condena nuestras prácticas (a nuestro entender sin fundamentos), por participar de un modelo de producción hoy cuestionado. (…) cada uno de nosotros debe asumir con responsabilidad su rol profesional y luchar por hacer posible una producción sustentable, velando por el uso seguro de agroquímicos y el respeto por el medio ambiente. De esta manera aquello que tanto pregonamos, será realidad, y habremos dado respuesta a nuestra sociedad con un ejercicio profesional ético. (Ing. Agrónomo Héctor Tórtul, Presidente del COPAER - Revista institucional. Diciembre 2010)

Los Ariza coinciden en que no existen prácticamente controles por parte del gobierno para el cumplimiento de la ley de agroquímicos. “La ley habla de que los municipios deben controlar y archivar la receta agronómica, de que serán juzgados por la misma secretaria de agricultura. Pero eso es como si un delincuente tuviera que cuidar a otro. La única intervención que le da la ley a la policía es recepcionar la exposición y derivarla a esa secretaria.
La ley dice también que no puede haber criaderos de chanchos a menos de mil metros de distancia de gallineros de pollos, habla de que no puede plantarse soja dentro del perímetro del campo donde esté el gallinero. Héctor Tortul, presidente del COPAER, vive de este lado de la ruta. Del otro, a unos seiscientos metros, hay 20 mil pollos de grupo Motta. El mismo fiscal entendió cuando le dije: “ese pollo parrillero no se muere porque tiene sesenta días de vida y se venden muy chicos, pero la gallina que tiene dos años de vida, sí.” “Estamos comiendo veneno”, me respondió. El campo de Tortul tiene soja, tuvo glifosato, herbicida, insecticida, tiene los chanchos, y este señor es el encargado de firmar las recetas agronómicas, es quien juzga si está bien o mal lo que hace Plez. Hay ingenieros agrónomos que son representantes de las empresas agroquímicas. Y están también quienes los venden”. Sergio Plez, en tanto, continúa fumigando, incumpliendo la ley, ahora escoltado por policías armados. Con la prepotencia de quienes se saben impunes.

Luego que desmontaron, en casa de los Ariza duerme una pareja de halcones. En el galpón búhos de cabeza blanca sacan sus pichones. Ya no se ven más ranas, ni teros ni garzas. Antes había caranchos que se comían las vaquillonas que morían. El que comía la carroña no está más, se lamenta Alicia, y uno no puede evitar pensar que en esta Argentina de fantasía, aquellos nobles animales han sido reemplazados por otros caranchos, aquellos que arribaron para devastar el territorio y quedarse con las riquezas energéticas y mineras, con el suelo y el agua.
“Esta historia continúa”, dice Julio. Actualmente su familia atraviesa un difícil momento por el perjuicio económico sufrido, con una justicia lenta y un estado cómplice. “Estamos viviendo con dos jubilaciones mínimas. Nosotros con eso y los pollos andábamos. Criábamos chanchos para que nuestro hijo pueda tener el vehículo y continuar sus estudios .Hoy solo pedimos que se cumpla la ley de agroquímicos y el resarcimiento de los animales muertos. Que nos paguen lo que nos mató. Mi hijo quiere trabajar, no queremos subsidios ni vivir del gobierno. Yo le digo a él que algo tenemos que hacer, no podemos seguir así porque nos va a terminar matando. Vas a tener que vender el campo y yo voy a estar en ese campo, ¿cómo vas a venderme a mí? Sé que es una multinacional muy grande, muy poderosa. Pero recordemos, cuando Goliat enfrentó a David, él se confió, por su tamaño, por la fuerza y avanzó. El pequeño David esperó el momento, tiró con una pequeña honda y derribó al gigante. Lo que estoy seguro es que no tenes que tener miedo y ser paciente”.
La paciencia, aquella que se le acabó una mañana a Don Ariza. La paciencia, esa que se les está acabando a muchos vecinos que empiezan a organizarse, porque no logran entender como puede ser beneficioso para el país un modelo que enriquece a unos pocos, enfermando y matando todo lo vivo que existe.
“Este no es el único caso, hay muchos otros que están ocurriendo pero no se dan a difusión. Nos enteramos los que estamos preocupados. Los ambientalistas, ustedes, pero todos son muy pacíficos”- define. Luego se ríe al recordar que alguien le sugirió colocar un cartel en la entrada diciendo “no tengo perro pero sí buena puntería”.
Después, este pequeño productor que confiesa con orgullo su origen vasco se pone serio, apura el mate y ensaya una definición: “Yo no estoy en contra de ellos. Por mí pueden hacer toda la plata que quieran, pero el derecho de ellos termina en el alambrado, donde empieza mi derecho a vivir”.

(Las fotos que acompañan la nota corresponden a una de las últimas fumigaciones efectuadas en el campo de Plez y fueron cedidas por la familia Ariza)
FUENTE: Revista EL COLECTIVO Nº 32